El Ministerio de Salud de la Nación reportó este domingo 161 muertes por coronavirus y 10.561 nuevos contagios. De esta forma el número de víctimas fatales ascendió a 26.267 y el del total de infectados alcanzó los 989.680 positivos. Con estos registros, pese a los siete meses de cuarentena, Argentina superará este lunes el millón de contagiados por COVID-19. Si se toma un promedio de los últimos siete días, la Argentina es el país con más muertos por millón de habitantes.
El dato surge de las cifras brindadas por el sitio web especializado en estadística en tiempo real Our World In Data, tomando en cuenta solamente países con más de un millón de habitantes.
A la hora de trazar las estadísticas, los expertos utilizan medias móviles para acceder a aproximaciones más precisas de la situación epidemiológica, independientemente de los picos y valles que muestran las curvas por razones que no están estrictamente vinculadas al comportamiento y al avance de la enfermedad en una región determinada. Por ejemplo, Argentina además de tener un bajo nivel de testeos (se realizaron solo 2.373.496 desde el inicio de la pandemia), los fines de semana incluso se realizan menos pruebas diagnósticas que en el resto de la semana; si se suman estos factores a que encima las provincias demoran en cargar los datos en el sistema nacional, el dato estadístico del cuadro epidemiológico en tiempo real en la Argentina puede verse expuesto a imprecisiones.
Los datos que ofrecen las autoridades sanitarias de todo el mundo dependen del número de testeos; de la estrategia para detectar casos; si se analizan también a los asintomáticos; si se contabilizan a los contactos estrechos de un infectado aunque su círculo no haya sido testeado; y de la cantidad de personas que acuden al servicio de salud presenten o no síntomas, entre otros factores.
Estas estadísticas permiten realizar un análisis estimativo del nivel de circulación viral que hay en la sociedad; precisar el grado de positividad sobre testeos realizados y junto con los datos de mortalidad del coronavirus, llegar a conclusiones sobre la efectividad de las medidas sanitarias que llevan a cabo los distintos Gobiernos nacionales y locales.
Argentina es el quinto país con más infectados de COVID-19 (EFE)
Si bien las estadísticas que presenta Our World In Data en tiempo real responden al momento en que las autoridades de las naciones realizan la carga de datos de su situación epidemiológica particular, Argentina desde hace casi cinco semanas que se encuentra en el podio de de muertes por millón de habitantes. El aumento de la mortalidad va en sintonía con la propagación del virus; desde la semana pasada Argentina es el quinto país con más infectados.
Teniendo en cuenta los últimos siete días, Argentina tiene cerca de 8 (7,98) muertes diarias por millón de habitantes, cuando al inicio de la cuarentena ese número apenas era de 0,11 por millón. De acuerdo a los últimos datos, detrás de Argentina se encuentran República Checa (4,76), Israel (4,11), Colombia (3,21); Irán (3,11), México (2,68), España (2,58), Brasil (2,34), Estados Unidos (2,12), y Bolivia (2,09).
A mediados de septiembre, cuando Argentina empezó a liderar estas estadísticas, presentaba 4,74 muertos por millón de personas. En aquella oportunidad la cifra más alta de fallecidos se había registrado el 24 de agosto, cuando se anunciaron 382 decesos. A la semana de haberse convertido en el país con más muertes por millón de habitantes, se registraron 470 fallecidos en una sola jornada. Al día de hoy, el número más alto de víctimas de COVID-19 se registró el 9 de octubre: 515.
Argentina tiene cerca de 8 (7,98) muertes diarias por millón de habitantes (EFE)
Este lunes se cumplen siete meses desde que se decretó la cuarentena. Pese al confinamiento y al cierre de actividades, el nivel de propagación del virus siguió en aumento. Más allá de que en el AMBA en las últimas semanas la situación se mantiene relativamente estable, preocupa la propagación de la enfermedad en el interior del país.
No obstante, ayer el ministro de Salud, Ginés González García, defendió las políticas dictadas por el Gobierno: “Si nosotros no hubiéramos hecho la cuarentena inicial, las consecuencias serían terribles, porque estaríamos en situaciones que nunca quisimos. Habría gente que no hubiese podido ser atendida con una tasa de mortalidad mucho mayor. Cosas que indignan a una sociedad: como que alguien pueda morirse sin tener la asistencia que se merece”.