De acuerdo con información del Gobierno de México, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud, si una persona tuvo COVID-19 o estuvo en contacto con alguien que lo obtuvo tendrá que aislarse al menos 14 días para dejar de ser contagioso y el fin de su aislamiento debe depender de la realización de pruebas.
Según advierten los especialistas, luego de 14 días posteriores a registrar síntomas es cuando una persona deja de ser contagiosa, de acuerdo con su exposición al virus, síntomas y otros factores. Además, aseguran que las personas con síntomas graves y con sistema inmunitario gravemente debilitado (inmunodeprimido) pueden estar con otras después de quedarse en casa hasta 20 días después de la aparición inicial de los síntomas.
Estos pacientes que están gravemente inmunodeprimidos podrían necesitar realizarse una prueba de detección del virus para determinar cuándo pueden volver a estar cerca de otras personas, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Un estudio publicado en agosto pasado en la revista Journal of the American Medical Association reveló que cerca del 30 por ciento de los pacientes que dan positivo con el coronavirus son asintomáticos. Los investigadores descubrieron que a pesar de no presentar síntomas, los pacientes son portadores de la misma cantidad de virus que los pacientes con síntomas y ambos permanecen con esa carga viral durante el mismo tiempo.
Un estudio, coordinado por el Instituto de Microbiología del ejército alemán, ha revelado que el paciente con COVID-19 deja de ser contagioso cuando las muestras nasofaríngeas y de garganta presentan menos de 100.000 copias del genoma del virus (REUTERS)
Contacto significa vivir con alguien que tiene la enfermedad o haber estado a menos de un metro de distancia de alguien que tiene la enfermedad. En los casos asintomáticos se sigue manteniendo la recomendación de aislarse 14 días, incluso si no tienen síntomas o tienen síntomas leves.
No se conocen las proporciones exactas de transmisión presintomática y nunca sintomática. Esto también se aplica a las estimaciones del período de incubación, que se basan en la exposición individual y las ventanas de inicio que son difíciles de observar con precisión y, por lo tanto, incluyen una incertidumbre sustancial incluso cuando se aprovechan las estimaciones de varios estudios.
Además, es probable que varíen sustancialmente en diferentes poblaciones. Por ejemplo, las personas mayores tienen más probabilidades que las personas más jóvenes de experimentar síntomas, por tanto, en poblaciones de personas mayores, la transmisión nunca asintomática puede ser menos importante. Sin embargo, los grupos de edad específicos rara vez se aíslan exclusivamente de otros grupos de edad, por lo que el riesgo de transmisión asintomática sigue siendo importante en esos grupos y más aún en los grupos de edad más jóvenes, en los que la transmisión puede estar aún más dominada por la transmisión asintomática.
Un estudio, coordinado por el Instituto de Microbiología del ejército alemán, ha revelado que el paciente con COVID-19 deja de ser contagioso cuando las muestras nasofaríngeas y de garganta presentan menos de 100.000 copias del genoma del virus.
Los resultados de este trabajo, publicado en la revista científica Nature, y que ha sido elaborado en colaboración con la clínicas Charité de Berlín y Schwabing de Múnich, se han obtenido de los primeros casos interrelacionados de SARS-CoV-2en Alemania. La carga viral alcanzó su pico en la garganta y la nariz (que se cree que es la principal fuente de transmisión ) de manera muy temprana en la enfermedad, particularmente desde el primer día de síntomas hasta el día cinco de síntomas, incluso en personas con síntomas leves.
En la mayoría de los casos observados en el estudio, la carga viral en la faringe disminuyó significativamente tras la primera semana de enfermedad, mientras que en los pulmones disminuyó unos días mas tarde. Sin embargo, tras ochos días del inicio de los síntomas, los investigadores no pudieron aislar partículas infecciosas del virus (REUTERS)
Los nueves pacientes examinados, jóvenes y con síntomas leves, estaban asociados a un paciente índice. “Esto permitió obtener una buena imagen del proceso virológico e información sobre la transmisibilidad del virus”, explica Clemens Wendtner, especialista en Medicina Tropical en la Clínica Schwabing de Munich.
En la mayoría de los casos observados en el estudio, la carga viral en la faringe disminuyó significativamente tras la primera semana de enfermedad, mientras que en los pulmones disminuyó unos días mas tarde.
Sin embargo, tras ochos días del inicio de los síntomas, los investigadores no pudieron aislar partículas infecciosas del virus, a pesar de detectar todavía copias del genoma del virus en la garganta y los pulmones.
Finalmente, los resultados mostraron que si las muestras contenían menos de 100.000 copias del genoma del virus, no se podían detectar partículas infecciosas. Esto lleva a los investigadores a dos conclusiones: la alta carga viral en la garganta justo al comienzo de los síntomas indica que los pacientes con COVID-19 son infecciosos en una etapa muy temprana, posiblemente incluso antes de que noten que están enfermos y al mismo tiempo, la infectividad de los pacientes con coronavirus parece depender de la carga viral en la garganta o los pulmones. Este es un factor importante para decidir cuándo un paciente puede ser dado de alta del hospital lo antes posible si la capacidad de la cama y la presión del tiempo son limitadas.