Los sanitarios españoles que trabajan en primera línea contra la pandemia de la covid-19 han sido galardonados con el premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020. Entre ellos hay un tucumano, Agustín Llanes Mena, un médico de 33 años, egresado de la Facultad de Medicina de la UNT que hoy trabaja en el hospital público de Viladecans, a 15 kilómetros de la ciudad de Barcelona, donde vive.

El área de influencia en la que Agustín trabaja son tres poblaciones que están unidas: Viladecans, Gavá y Castelldefels, donde vive Messi. A principios de marzo la luminosa zona de playa y turismo internacional se convirtió en uno de los epicentros más rabiosos de la pandemia. De hecho la pandemia alcanzó a varios deportistas y futbolistas.

- ¿Qué fue lo que más te impactó o preocupó en esta pandemia?

- Por suerte amigos míos no murieron, pero pacientes míos de mi cupo con los que tenía una buena relación sí. Yo creo que el mayor dramatismo que viví en lo personal estuvo dado por la falta de suficiente protección para el personal de la sanidad. No teníamos material para protegernos y eso sí que fue un drama, porque en esos momento no sabés qué hacer, se te presenta un dilema ético entre que tenés que ver un enfermo y no sabés si el enfermo vas a terminar siendo vos.

- Imagino que al principio no estaban bien preparados para lo que se les venía.

- Las primeras semanas fueron muy duras. Desde mediados de marzo hasta mayo fueron momentos de mucha tensión a nivel asistencial y la cantidad de casos que veíamos era realmente alarmante. Tuve una colega que tuvo que estar en la UCI con neumonía bilateral y que necesitó ventilación mecánica. Por suerte mejoró, pero todos los fármacos eran experimentales, no había tanta evidencia. En momentos en que pusiste todo de tu parte y no tira para adelante, no mejora, no sabes que hacer. Por suerte se recuperó. Luego tengo compañeros que dieron positivo pero pasaron los síntomas leves solamente.

- ¿Vos te enfermaste?

- Tuve síntomas a principios de marzo y me hicieron PCR y dio negativo. Hace dos semanas nos hicieron serología para ver si tenemos anticuerpos y volvió a dar negativo. La mayor parte de los sanitarios dimos negativo.

- ¿En qué fase se encuentran ahora? ¿Cómo es la situación allá en estos momentos?

- Barcelona y Madrid estamos transitando la fase 1 y mañana (por hoy) entraríamos a fase 2. El resto de España está en la fase 2 y por entrar a la fase 3. Todavía seguimos confinados, tenemos horarios, sólo podemos salir a hacer práctica deportiva de 6 a 10 y 20 a 23 , ir al súper y bares pero sólo en terrazas. Hay que reservar con mucha anticipación porque no permiten que uno espere allí.

- ¿Qué aprendizajes les ha dejado la pandemia?

- La gente ha aprendido muchas cosas, en especial a cuidarse mediante la higiene de manos. Barcelona es la ciudad de los bares, hay mucha vida social. Ahora la gente ha cambiado mucho, tiene que hacer reservas antes de ir a un bar. Lo importante es que la gente ha adoptado nuevos hábitos como usar la mascarilla cuando está enfermo, algo que antes no se veía, el uso de alcohol en gel. La gente tomó conciencia de que al cuidarse está cuidando al prójimo. Yo no comienzo relajarse y menos ahora, que se haga el control y una buena prevención.

- ¿Qué sacás en limpio de esta experiencia que te tocó vivir?

- Creo que la excepcionalidad del momento que nos tocó vivir con el sars coV-2 obligó a garantizar la seguridad del paciente y de la comunidad, y a colaborar entre todos, es decir entre sistema sanitario y población. De un solo lado no se puede combatir este mal, el sistema sanitario solo no puede, necesita del esfuerzo y el compromiso de la comunidad. En nuestro caso, sin la fortaleza de nuestro sistema sanitario público (uno de los mejores del mundo) y del compromiso demostrado por todos sus integrantes y la comunidad el desastre hubiera sido aún más descomunal. Soy un gran defensor de la atención primaria por lo que debe ponerse el enfoque en esta área.

- Si hubiera un rebrote o un covid-20, ustedes piensan que estarían mejor preparados para poder enfrentarlo?

- Yo creo que sí, que con todo lo que hemos vivido y aprendido, España está en condiciones de enfrentar una nueva embestida del virus. Durante este tiempo hemos aprendido mucho tanto los médicos como la población. Cuando comenzamos no teníamos idea de cómo evolucionaba la enfermedad y ahora mismo no sabemos tampoco cuáles son las consecuencias, las secuelas que deja en las personas que ya se contagiaron. Pero hemos aprendido que hay cosas que pueden esperar para no saturar el sistema sanitario.

- ¿En qué consistió el premio Princesa de Asturias.

- Es una mención. En los tres meses que estuvimos en pandemia nadie nos ha pagado más por ello, no se dieron suplementos ni nada, solamente hemos estado al pie de cañón. No se ha hecho como en otros países, como Francia que dio un bono al equipo sanitario, o como en Italia que le han subido el sueldo a los sanitarios. Aquí en España no han dado nada, ni tampoco espero que me lo den. Es más le subieron el sueldo a la guardia civil pero al equipo sanitario todavía no. Tené en cuenta que acá cada vez está más precaria la parte de la salud pública. Una gran parte de los jóvenes se forman en Cataluña pero se van de acá porque pagan muy poco. A 100 kilómetros, en Francia, al sanitario se le paga el doble o el triple. Depende de la comunidad autónoma. En Valencia o Navarra, los sueldos son muchos más altos. Acá no se han actualizado los sueldos, ni siquiera se han cobrado las pagas que estaban contempladas en años anteriores. Todo este malestar todavía está a flor de piel.

- De todos modos entiendo que es un reconocimiento muy importante. Haber estado en las primeras líneas de choque contra la enfermedad es algo importante.

- El equipo sanitario es importante porque siempre ha respondido muy bien. El premio sí, es muy bonito, por así decirlo. Pero a decir verdad, el personal de la sanidad no buscamos premios ni tampoco que nos aplaudan. Esta es nuestra vocación, solo queremos poder trabajar dignamente y en condiciones que nos permitan dar lo menos de nosotros.