A una semana de que la Provincia dictara oficialmente la circulación comunitaria, comenzaron a llover los pedidos de PCR, uno de los testeos más utilizados para confirmar la presencia del virus SARS CoV-2. Al mismo tiempo, la herramienta de análisis comenzó a cotizarse y a ser una pelota que las obras sociales comienzan a patear afuera para evitar cubrirlas. 

En el medio comenzaron a alzarse voces que intentan concientizar sobre el uso eficiente de la herramienta que, aseguran, además de ser escasa, es para casos específicos. “El PCR no es un salvador, tiene indicaciones precisas, no todo el mundo tiene que hacérselo sino el sistema de salud colapsará”, advirtió un reconocido infectólogo de la provincia. 

El médico detalló diferentes casos en los que se podría evitar utilizarlo, como el diagnóstico clínico que “tiene la misma confiabilidad de un PCR positivo”. “Si tenés un paciente sintomático, tiene todos los síntomas, no te hace falta que le hagas PCR para confirmar lo confirmado, ese paciente tiene COVID-19. Si no tiene comorbilidad y no tiene más de 60 años, no hace falta que la hagas. Sino que lo aislas y el día 15 sale a su vida habitual”, explicó y ejemplificó con el caso de un colega que le dio “recién el cuarto PCR positivo, sin embargo los médicos lo trataron como positivo siempre”. 

Falso negativo

La fiabilidad del PCR es otro punto que el especialista invitó a mirar: “Los PCR con falso negativo son más frecuentes de lo que se cree”, indicó el infectólogo que lo relacionó con la posibilidad de haber tomado mal la muestra, o al “umbral de detección baja” si la muestra se toma durante los primeros días de la infección. 

“Te mide partículas virales por mililitro y podés tener pocas partículas y te da un falso negativo. Hay que saber la dinámica de la infección viral, saber cuándo comienzan los síntomas y cuándo los anticuerpos. No hay que salir corriendo en caso de contacto estrecho con caso confirmado con PCR positivo. Ese contacto estrecho debe ir a cuarentena 14 días y si aparecen síntomas tomar paracetamol”, señaló.

En estos casos, resaltó el infectólogo, aunque el PCR resulte negativo el paciente de todos modos deberá aislarse y repetirlo a las 48 horas. 

Aún en caso de dar positivo, el especialista indicó que el PCR para el resto de la familia dependerá de si los integrantes son grupos de riesgo. “Si vas a aislamiento con PCR positivo y vivís con una abuela de 75 años, a esa abuela habría que hacerle una TMR (testeo molecular rápido, que el Conicet promovió mediante los neokit) que es muy eficaz y sensible. Si esa señora es positiva y no tiene síntomas hay que observarla muy de cerca, porque tiene una inmunodeficiencia que puede llevar a hacer un COVID severo. Ahora, si vivís con tu pareja e hijos no hace falta testear a nadie, se quedan en cuarentena”, indicó. 

El médico además aclaró la diferencia entre cuarentena y aislamiento, si bien ambas tienen el mismo objetivo, el aislamiento es para casos confirmado, y la cuarentena por prevención.

El otro punto en el que se basó para pedir evitar el uso masivo de PCR es que, ante la gran demanda, se recargará aún más a los trabajadores de los laboratorios. “Hay muy poca gente especializada en biología molecular, están trabajando desde 7 a 2 am. Eso va llevar a que se infecten o se enfermen y nos quedemos sin recurso humano irremplazable para el que sí necesita un test”, reflexionó.

En cambio, el profesional de la salud recomendó los “test de serología” (los de sangre), que si bien “no sirven para el diagnóstico”, son útiles por sobre todo para saber si uno puede donar plasma y contribuir como dato epidemiológico. 

“Te dice si tiene anticuerpos, si esos anticuerpos son neutralizantes. Mide el IGM, habla de infección actual, que aparece más precozmente que el IGG. La IGG aparece entre el día 7 y 10 y es más específica que la IGM, te habla de infección pasada y podés cuantificar el título de inmunoglobulinas que, si es alto, sos un potencial donante de plasma”, explicó el profesional de la salud. 

Sin embargo, este tipo de estudios también se están cobrando en las obras sociales, aunque a un costo mucho menor que los PCR. El estudio de serología cuesta $2.400. Mientras que el PCR, que tiene un costo de 20 dólares, se lo llega a cobrar hasta $8.500.

En los últimos días se generalizaron en las redes las denuncias de afiliados de las obras sociales porque no les responden cómo actuar si tienen síntomas, no los derivan para recibir atención y no cubren los testeos, aun en los casos en que son necesarios. La falta de información genera quejas reiteradas.