Los adultos mayores se encuentran dentro del grupo considerado de mayor riesgo de complicaciones por COVID-19. Por ello, mientras dure la disposición de aislamiento preventivo, no deben exponerse y permanecer en su casa, evitando la circulación por lugares públicos y el contacto con otras personas.
No obstante, para este grupo de personas, el aislamiento físico no debe implicar ausencia de acompañamiento y de los cuidados de la salud, ya que la cercanía familiar o de personas allegadas es muy importante en situaciones como la que se vive por la pandemia.
La médica infectóloga y geriatra Miriam Rozenek, de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría recomienda, para las personas mayores, aislamiento físico y no social. “Es importante que el adulto mayor esté acompañado como se pueda, desde el teléfono y de las redes sociales que se tejen diariamente con los vecinos, las personas con las que están cerca, los hijos y los nietos”, dijo en una conferencia junto a funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación.
En ese sentido, sugirió hacer llamados por teléfono, videollamadas y contacto en redes sociales, en el caso de los mayores que manejan esta tecnología.
También consideró importante que “tengamos determinadas actividades que nos marquen los ritmos y nos ayuden a los ritmos biológicos, como peinarse, vestirse, hacer las cosas de la casa en determinados horarios y tratar de hacer actividad física en el hogar, dentro de nuestras posibilidades”.
La especialista también recordó que nunca se deben minimizar los síntomas, especialmente en esta población. “Si un adulto mayor empieza con un resfrío u otros síntomas se debe hacer la consulta médica”, dijo. Agregó que “el adulto mayor hace síntomas que no se presentan en adultos jóvenes, y pueden presentar poca fiebre, o nada. Es muy importante estar alertas a cambios en las características de la salud físicas del adulto mayor”.