Los primeros hisopados que se les practicaron a las personas que tuvieron contacto con el médico contagiado en Tartagal arrojaron resultados negativos hasta el momento. El caso, el primero que se registra en la ciudad capital del departamento San Martín, desconcierta no solo porque no aparecen otros rastros de contagios del médico, sino también porque a medida que pasan las horas y sin nuevos sospechosos, se va descartando la posibilidad de circulación comunitaria en la ciudad norteña, tal como había trascendido en un primer momento. Contrariamente, va tomando fuerza la versión que indica que el médico se contagió al atender a pacientes provenientes de Bolivia, que habrían llegado a Tartagal en busca de atención.
Al cierre de esta edición, algunas versiones que no pudieron ser confirmadas, daban cuenta que la pista epidemiológica se cerró sobre una persona que llegó de Bolivia y que luego de ser atendido regresó a su país. Con todo esto la búsqueda del "paciente 0" que podría descartar totalmente la presencia comunitaria de coronavirus en Tartagal, sería infructuosa, aunque toda la atención está puesta en los nuevos registros y casos sospechosos.
"Mi esposo se contagió aquí"
Por otro lado, la médica cardióloga Karina Flores, quien junto a sus dos hijos y una empleada doméstica se encuentran en cuarentena estricta después de que su esposo, también médico, diera positivo para COVID-19, negó enfáticamente que su esposo, su grupo familiar o su doméstica, todos oriundos de Bolivia, hayan viajado a ese país donde el número de casos de enfermos hizo colapsar a todo el sistema de salud en varias ciudades.
En contradicción con la ministra de Salud de la provincia, Josefina Medrano, quien había considerado prematuro hablar de circulación comunitaria del virus, la cardióloga aseguró que su esposo "se contagió en Tartagal, porque el virus está circulando en esta ciudad".
La profesional, que también presta servicios tanto en la clínica San Antonio de Tartagal como en el hospital local, se mostró dolida y molesta por las repercusiones del hecho, que puso en vilo a todo el sistema de salud de la ciudad, donde más de 100 personas tuvieron contacto estrecho o indirecto con el médico.
No volvimos a nuestra tierra
"Evidentemente no somos argentinos ni somos de Tartagal, pero esta ciudad es nuestro hogar desde hace unos años. Hay gente mal intencionada que habla mal de nosotros y de la gente de Bolivia. Nosotros vinimos a residir a Tartagal hace tres años, después de vivir 15 años en Buenos Aires, donde nos hemos formado profesionalmente, porque pensábamos que era una población bonita, tranquila y con gente buena, pero en la viña del Señor hay de todo", expresó la profesional.
Atención a compatriotas pese a las prohibiciones
Más allá de negar enfáticamente que su esposo o ella hayan estado en Bolivia en los últimos tiempos, una expresión de la médica dejó entrever algo que con el paso de las horas toma mayor firmeza: su marido habría atendido a gente proveniente del vecino país, algo que está totalmente prohibido desde las restricciones que se impusieron precisamente para evitar la circulación del virus.
“Vinimos a esta ciudad -reflexionó la profesional- para aliviar el dolor de la gente sin discriminar si eran de Tartagal, de Yacuiba o de Pocitos. Nosotros no salimos jamás de Tartagal y a nuestra tierra (Bolivia) no hemos regresado desde el año pasado. Lo que creo -expresó- es que probablemente algún paciente que se atendió con nosotros y pese a que tomamos tomas las medidas posibles de seguridad, lo contagió a mi esposo. Se ve que para que mi esposo esté con el virus, en algún rato algo nos falló”, expresó la médica.
La cardióloga precisó que “por ser contacto directo de mi esposo, a mis hijos y a mí nos hicieron los hisopados y a la señora que trabaja con nosotros a quien también, lastimosamente, ha escrachado la población. La señora tiene familia boliviana, pero hace muchos años que vive en Tartagal. Nunca vinieron familiares de ella ni nuestros; a nuestros familiares no los vemos desde la Navidad pasada. Por eso digo que es falso que vino a verlo la mamá de mi esposo”, expresó.
Al referirse a por qué motivo el mismo médico pidió el hisopado, la cardióloga explicó: “Él sintió un malestar inexplicable y en un inicio pensamos que se trataba de dengue. En los últimos días, sin llegar a hacer fiebre, comenzó a tener episodios febriles. Se hizo un par de estudios de laboratorio y dejó de ir al consultorio el viernes por el malestar. Pero era difícil llegar a pensar que podría ser COVID-19 a pesar de que la gente que atendemos viene de muchos lados”, agregó la médica.
“El lunes al no registrar ninguna mejoría, decidió hacerse la prueba del COVID-19, que le dio positivo el martes”, indicó.