Ante el incremento de casos de niños internados por COVID-19 en la provincia de Buenos Aires, El Tribuno consultó cómo es la situación en el hospital Materno Infantil de la capital salteña. Se supo que actualmente hay tres niños internados y solo uno es un caso confirmado de coronavirus.
El menor, de tres años, permanece desde la semana pasada en el centro asistencial y cumple tratamiento para neumonía en una sala de internación común, sin nivel de criticidad, es decir, no está grave.
Los otros dos chicos, cuyos casos son sospechosos, ingresaron el fin de semana pasado y se espera el resultado de los PCR para descartar o confirmar COVID-19. Uno de ellos corresponde a un adolescente de 14 años que presentó abdomen agudo quirúrgico y del cual se sospecha coronavirus ahora. El otro caso sospechoso es el de un bebé, de menos de un año, con problemas respiratorios.
Exacerbación
El director de Gestión Clínica Pediátrica del hospital público Materno Infantil, Eduardo Calvo, manifestó al respecto: "Hubo una exacerbación de alarma por lo ocurrido en Buenos Aires y la verdad que la situación epidemiológica a nivel pediátrico en Salta no es la misma que en Buenos Aires. Seguimos con la misma tasa de internación que teníamos en períodos anteriores. La tasa es baja".
Destacó que la población pediátrica tiene baja incidencia de positividad de coronavirus. "La población pediátrica tiene el beneficio de alguna protección. Por la edad hay baja transmisibilidad, baja capacidad de enfermar, quienes tienen riesgos son los niños con comorbilidades, patologías crónicas. En ellos un cuadro de COVID-19 puede incrementar complicaciones", señaló.
Y aseguró que la población pediátrica se infecta en su gran mayoría a partir de un adulto, por lo que pidió a los jóvenes y adultos respetar las medidas sanitarias.
La escuela
El especialista recomendó que "si un niño tiene una patología respiratoria o dolencia es importante que los padres no lo manden a la escuela porque es preferible categorizar al paciente, identificar la patología y que pierda un día de clase".
Sin embargo, destacó que la escuela no es el lugar donde se contagian los chicos, sino que esto ocurre "a partir de un adulto que está enfermo y que transmite la enfermedad".
Además, precisó que es difícil diferenciar clínicamente a un niño sospechoso de COVID-19 respecto de otros casos respiratorios, más ahora por el aumento de la tasa de infecciones respiratorias estacionales.
"A muchos que reúnen esas condiciones se los categoriza y en función de eso se considera sospechoso, se hace el hisopado y quedan a la espera de resultados y posible tratamiento", indicó.
La mayoría de los niños que concurren al hospital Materno presentan síntomas de origen respiratorio como dolor de garganta, dificultad para respirar, también fiebre. Las patologías más frecuentes son las que afectan las vías aéreas superior e inferior: angina, bronquitis y la exacerbación de asmáticos que no cumplieron los tratamientos adecuados. "La mayoría son virus banales. No tenemos mayor incidencia. No tenemos incidencia de virus sincicial respiratorio por ejemplo. Hubo un par de casos de adenovirus", dijo.
"El promedio de patologías respiratorias que tenemos en lo que va del año oscila entre tres y 15 consultas diarias", dijo.
Recordó que el año pasado fue muy particular, ya que el aislamiento estricto generó que hubiera menor circulación viral, por lo que no han sentido prácticamente los casos de infecciones respiratorias estacionales.
Pero la cuarentena estricta también condujo a que el tratamiento de enfermedades crónicas no se llevara a cabo como debería haberse hecho.
"Me refiero a los asmáticos, que abandonaron los tratamientos. No se hicieron controles, entonces ahora con la aparición de las infecciones respiratorias virales recién consultan", aseguró.
Agregó que en este grupo de chicos, los profesionales deben tomar la decisión de internarlos para diferenciar un cuadro viral de una patología de base o si se está ante la posibilidad de un caso sospechoso de COVID-19.
Espacios
El director Calvo puntualizó que por la dificultad que tienen para la diferenciación clínica entre un cuadro viral estacional y COVID-19 es que han unificado espacios, pero con criterio de separación en cuanto a las medidas de aislamiento y manejo. “Quiere decir que si uno tiene un paciente sospechoso, se lo interna en una sala con cuidados especiales, equipos de protección personal y se le toma el PCR”, dijo.
Destacó el laboratorio de biología molecular que inauguraron este año, que les permite tener resultados de PCR en menos de 24 horas, es decir, si se lo hace a las 10 de la mañana, entre las 18 y las 20 están los resultados para decidir si sigue alojado en el área COVID o en la de patologías habituales.
En el último tiempo se ha registrado un aumento de demanda en cuanto a consultas externas. “Esto tiene que ver básicamente con la mayor circulación de personas que hay en la calle, todos los descuidos que vemos a diario con respecto al mal uso del barbijo, las reuniones sociales, la falta de distanciamiento, han incrementado significativamente la circulación de virus respiratorios y por ende las consultas”.
Picos tras festejos
Mencionó que ha bajado mucho la edad de los enfermos en general. “El año pasado los adultos mayores de 60 años eran la población de mayor riesgo de complicaciones e infección y ahora la vacunación, que si bien ha sido baja la tasa, esta población se ha ido inmunizando y ha tomado mayores recaudos entonces, esto hizo que vaya bajando la edad de la población que se va a enfermar”.
La pérdida de los cuidados propios del aislamiento estricto y riguroso del 2020 también incide en los contagios. “Siempre hemos tenido picos de infección después del alguna festividad especial como el Día del Niño, de la madre, carnaval, semana santa”, culminó.