Tras un sábado agitado por las nuevas restricciones del Comité Operativo de Emergencia (COE), el domingo se vivió como un día de resguardo, tranquilidad y sin grandes movimientos por la ciudad. El espacio en el que no se vieron demasiados cambios con respecto a las semanas anteriores fueron algunas iglesias.
El panorama de ayer a la mañana contrastó con el de la noche anterior, cuando mucha gente salió a hacer compras como si se estuviera por acabar el mundo.
El viernes, el Gobierno anunció que los domingos que quedan de agosto estarán cerrados los centros comerciales, supermercados y demás negocios, excepto los almacenes de proximidad y las farmacias. Además, se suspendieron las actividades deportivas grupales.
El sábado a la tarde las peatonales se llenaron de gente, las paradas de los colectivos de la avenida San Martín estaban colmadas, igual que los grandes comercios. Muchos explicaban que debían abastecerse, otros quisieron aprovechar los últimos momentos sin restricciones y salieron aún sin tener una necesidad muy clara.
El domingo la jornada comenzó mucho más tranquila, casi como un día de cuarentena total de fines de marzo o de principios de abril.
"Venimos tomando hace varias semanas restricciones puntuales en departamentos y municipios, en su momento para San Martín, Orán, Güemes porque entendemos que el aumento de casos y la situación epidemiológica así lo requieren", dijo el secretario General de la Gobernación, Matías Posadas, quien salió a justificar las restricciones ante un clima enrarecido de quejas solapadas por parte de algunos sectores.
El centro y las peatonales estuvieron ayer inhabitadas. En las grandes avenidas de accesos y egresos a la ciudad, faltaban las colas de vehículos de otros domingos. Las playas de los grandes centros comerciales mostraban una imagen de casi desolación.
Fue diferente lo que se vio en algunas iglesias de Salta, que congregaron ayer a una gran cantidad de personas aunque se venga insistiendo hasta el cansancio en la necesidad de garantizar la distancia social y evitar las aglomeraciones.
En la Iglesia Universal Jesucristo es el Señor, de avenida Pellegrini 320, ayer hubo una enorme cantidad de fieles que asistieron a la ceremonia religiosa dominical.
Algo parecido ocurrió en la Catedral Basílica, donde dieron misas durante toda la mañana con gran asistencia de fieles, muchos de ellos de la franja de la tercera edad. Hubo una gran cola de creyentes que esperaban para confesarse con un sacerdote.
Por lo demás, los parques estuvieron vacíos. En los espacios verdes se reflejó que muchas familias, de a poco, van tomando conciencia sobre la necesidad de mantener el aislamiento.
Entre las medidas adoptadas en los últimos días, y solo por el domingo, se cerraron paseos comerciales, restaurantes y supermercados. Para lo que queda de las dos semanas de agosto quedarán suspendidas las actividades deportivas grupales y no se podrá permanecer en parques o plazas en Salta capital.
Las calles y avenidas de la ciudad amanecieron ayer vacías. Desde hace unas semanas los domingos se caracterizaron por un significativo movimiento de vehículos, que comenzaba desde temprano, especialmente hacia los grandes centros comerciales.
En esta etapa de la cuarentena en Salta, los lunes, miércoles y viernes pueden salir a comprar los que tienen DNI terminado en número par. El resto tiene permitido hacerlo los martes, jueves y sábado. Los domingos, en tanto, todos podían entrar en los negocios, razón por la que se venían generando aglomeraciones en centros comerciales, galerías y supermercados. Esta situación, en parte, explica la decisión del COE de ordenar el cierre de grandes negocios en el séptimo día de la semana.
La mismas aglomeraciones se vieron en las últimas semanas en los espacios verdes y parques de la ciudad, en las iglesias y hasta en las rutas y lugares "para pasar el día" en los alrededores de la ciudad. Era el combo perfecto para contagios. Los resultados se vieron en la multiplicación de casos de COVID-19 que afronta Salta.
