La carrera mundial por conseguir la primera vacuna efectiva contra el coronavirus COVID-19 se inició hoy, luego de que se anunciara que el laboratorio Moderna, de Massachusetts, enviara un lote de dosis para ser utilizado en el primer voluntario en someterse al experimento, contraviniendo la tradición que indica que deben ser animales los que deben ser sometidos a las pruebas.
El paciente participará del programa del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos (NIAID) y será controlado por profesionales tanto gubernamentales como de la empresa de biotecnología para conocer los efectos que la dosis podría tener sobre su organismo. En un primer momento, se creía que el experimento estaría listo para ensayos en humanos a partir de abril, sin embargo el primer voluntario recibirá una dosis experimental este lunes, dijo un funcionario del gobierno a la cadena de noticias Fox News.
De los ensayos -que se llevarán a cabo en el Kaiser Permanente Washington Health Research Institute en Seattle- incluirán a 45 voluntarios jóvenes y sanos y utilizará la vacuna mARN-1273 de Moderna. El principal objetivo es asegurarse de que las vacunas no muestren efectos secundarios preocupantes antes de que los investigadores comiencen pruebas con mayores grupos de personas.
El mARN se refiere a una modificación en el ácido ribonucleico. “El ARN mensajero, o mARN, juega un papel fundamental en la biología humana, transfiriendo las instrucciones almacenadas en el ADN para producir las proteínas necesarias en cada célula viva. Nuestro enfoque es usar medicamentos de mARN para instruir a las propias células del paciente para que produzcan proteínas que puedan prevenir, tratar o curar enfermedades”, señala Moderna en su sitio web.
Lo que desde Moderna buscan hacer con esta nueva vacuna es dar ARN (ácido ribonucleico) del virus modificado -como si fuera un virus- para luego convertirse en proteína y de ahí podrían generarse anticuerpos de protección. El ARN es la base para producir proteínas. Los virus pueden tener ADN o ARN. En los humanos la secuencia es de ADN a ARN, de ARN a proteína. Pero este virus -un retrovirus, para ser exactos- usa una enzima para pasar de ARN a ADN y después el camino “normal”. En resumen, la vacuna facilitaría ARN modificado para que la persona fabriques proteínas de virus (atenuado) en el cuerpo, lo que hace que se genere una respuesta inmune que proteja del virus verdadero.
“A diferencia de una vacuna normal, las vacunas de ARN funcionan al introducir una secuencia de mARN (la molécula que le dice a las células qué construir) que está codificada para un antígeno específico de la enfermedad, una vez producida dentro del cuerpo, el sistema inmunitario reconoce el antígeno, preparándose para luchar contra lo real”, según especifica un paper confeccionado por la Universidad de Cambridge.
La velocidad con que actuó Moderna sorprende. El virus que originó el brote en Wuhan, China, fue identificado el 7 de enero, aunque se supo que el virus ya circulaba desde noviembre. A los pocos días, el 13 de ese mes, los investigadores del laboratorio ya tenían una secuencia propuesta para una vacuna de ARN. El 24 de febrero comenzaron a enviar los primeros viales al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infeccionas (NIAID, por sus siglas en inglés) para ensayos clínicos. En los primeros días de marzo comenzaron a reclutar voluntarios. Necesitarán 45 personas entre 18 y 55 años que estén sanos. A ellos se les aplicará dos dosis de la vacuna con un mes de diferencia entre una y otra.
La vacuna del laboratorio norteamericano se creó a partir de trabajos anteriores sobre el virus MERS. Aún así, los ensayos clínicos son un proceso largo que tomará más de un año para asegurarse de que sea seguro y funcione. Los pacientes que están siendo probados con el producto de Moderna durante los ensayos serán monitoreados de cerca durante aproximadamente doce meses. Pero no terminará allí: luego habrá que producirlas en escala y la distribución del virus a las poblaciones llevará bastante tiempo.