No se vestirán con trajes exóticos como los actores de la película Los Cazafantasmas pero tienen un rol similar: encontrar barra bravas en medio de la marea de hinchas argentinos que dirán presentes en Rusia y, literalmente, cazarlos, exponerlos y prohibirles el ingreso a cualquier estadio donde juegue la Selección.
Porque a través del convenio de cooperación firmado el 11 de mayo por nuestro país con los organizadores del torneo, 5 efectivos de distintas fuerzas especializados en el combate de la violencia en el fútbol estarán presentes en el Mundial para perseguir a los barras.
"A raíz de un decreto del Presidente se dispuso una lista de restricciones para los partidos del Mundial que hoy integran 800 personas que tienen impedido el ingreso a los estadios en la Argentina y otras 2000 que están en proceso de revisión. Por eso enviamos policías junto al director Guillermo Madero con teléfonos especiales que contienen estos listados con la foto, documento y pasaporte de cada persona para que no entren a las canchas", asegura Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación, a Infobae.
Patricia Bullrich, María Paz Deluca, el gendarme Fernando Méndez y Gastón Schulmeister, director de internacionales del ministerio de Seguridad.
Los efectivos tienen una foja de servicio intachable en el rubro. Dos pertenecen a la oficina de inteligencia criminal de la Policía Federal y trabajaron intensamente en la causa por asociación ilícita contra la barra brava de Boca. Se trata de los oficiales Ezequiel Fernández y María Paz Deluca.
Que los hayan elegido tiene una explicación concreta: el Gobierno intuye que La Doce será la barra oficial de la Selección, aún cuando sus líderes, Rafael Di Zeo y Mauro Martín, tienen derecho de admisión y aún no han solicitado a la Justicia el permiso para viajar a Rusia.
Otro de los integrantes de la comitiva es el gendarme Fernando Méndez, quien trabaja hace años en la conexión narco-barra y conoce al dedillo las internas en el interior del país, especialmente Rosario. De esta zona se sabe que Andrés Pillín Bracamonte, capo de la tribuna de Central, no está en la primera lista y ya renovó el pasaporte para viajar.
También hay un policía de la ciudad, Horacio Marot, que es el encargado de seguridad deportiva en Capital Federal, donde deberá ubicar a barras de San Lorenzo y Huracán, que tampoco tienen derecho de admisión y piensan viajar.
Por último, hay un hombre de la Bonaerense, Ricardo Mochetti, que ha seguido a todas las barras del Conurbano y tendrá que poner especial atención sobre las de Lanús, Banfield, Racing y varias del Ascenso, que intentarán estar en Rusia.
El Spartak Stadium en Moscú donde jugará la selección argentina. Un coliseo inaugurado hace tres años con capacidad para 45.000 jugadores. Aquí Argentina debutará contra Islandia (AFP)
La presencia de estos hombres es vital para que los barras con derecho de admisión no ingresen en las canchas.
¿Cómo harán su trabajo? Se instalarán en los ingresos de la parcialidad argentina junto a los policías rusos y cotejarán a cada hincha con un teléfono inteligente que tendrá cargada toda la base de datos.
Al igual que en nuestros estadios, si se apoya la huella dactilar o con sólo mostrar e ingresar el número del pasaporte o documento de identidad, se sabrá si está vedado. Y en ese caso, se le retirará el ticket y según está firmado en el convenio entre ambos países, habrá sanciones que pueden llegar a la deportación.
También estarán en el centro de monitoreo de video, individualizando a los hinchas por cámaras de última generación. Algo parecido a lo ocurrido en Brasil cuando, por ejemplo, una imagen tomó a Pablo "Bebote" Alvarez disfrazado, los policías argentinos lo vieron y lograron capturarlo.
"La idea es que se viva una fiesta sin barras. Por eso nuestra cooperación hacia el gobierno ruso. Hasta ahora sabemos que hay 200 con derecho de admisión que tienen el pasaporte en regla para viajar. Si lo hacen, los estaremos esperando", asegura Guillermo Madero, encargado de Seguridad Deportiva de la Nación y líder del grupo que irá a Rusia.
Claro que existe un filtro previo: el carnet fan ID que se le otorga a todo aquel que compró por vía oficial un ticket.
Hay 30.000 ciudadanos argentinos que ya lo tienen y en el cruce de información entre Rusia, FIFA y el gobierno nacional, salta que ninguno de ellos está en el derecho de admisión. "Lo que no significa que los barras que estén prohibidos no vayan e intenten ingresar con carnets a nombre de otra persona. Por eso es clave la presencia de nuestros policías", afirma Madero a Infobae.
Por su parte, la dirigencia de AFA también tendrá una custodia especial de tres hombres, entre ellos el titular de la Aprevide, Juan Manuel Lugones.
"Nuestra función será que ningún barra se acerque a pedirle entradas a la delegación argentina. Nadie quiere volver a ver imágenes como lo sucedido en Sudáfrica o Brasil. Si merodean el hotel de AFA, serán detenidos de inmediato", confiesa Lugones.
Y el plantel tendrá una comitiva específica a cargo de un grupo de elite de las fuerzas de seguridad rusas, más la presencia del comisario retirado Carlos Alberto Capuchetti y el oficial Matías Ferreyra.
Así las cosas, da la impresión de que Rusia 2018 no será tierra fértil para los violentos argentinos. Porque además promete ser el Mundial más vigilado de la historia, según confirmó el director de Seguridad del torneo, Alexander Protasov.
De cualquier manera, los barras argentinos si bien son motivo de preocupación, están lejos de encabezar la lista. La guerrilla chechena y siria es la que más desvela a los rusos. Y entre los hinchas, los hooligans ingleses están a la cabeza.
Claro que nadie desconoce el pacto entre los ultras rusos y los barras argentinos para enfrentarse con los hooligans, que se discutió en febrero pasado en Buenos Aires, como adelantó en exclusiva Infobae.
Pero los propios barras admiten que lejos de las promesas a sus colegas europeos, no tienen pensado meterse en problemas porque la ley en Rusia es dura y se cumple.
Ojalá lo mismo podamos decir algún día de nuestro país.
Fuente: Infobae