La participación de Rusia en los eventos deportivos mundiales estuvo condicionada por los vaivenes de su política nacional e internacional. Los hechos que protagonizó durante el siglo XX, desde la Revolución de 1917 hasta nuestros días, fueron cambiando su relación con el resto del mundo. Y fue su participación en la Segunda Guerra Mundial la que lo catapultó como una de las dos grandes potencias mundiales, llevándola a ser protagonista de la llamada Guerra Fría, liderando el bloque oriental (socialista), que estuvo en permanente competencia con el mundo occidental (Europa y Estados Unidos).
Por ello, para Rusia el deporte fue siempre una manera de medir fuerzas con sus rivales políticos, intentando que sus atletas se convirtieran en protagonistas de todas las competencias mundiales en las que tomó parte.
Los deportistas rusos participaron en contiendas mundiales bajo diferentes banderas: de 1900 a 1912 con la del Imperio Ruso, de 1952 a 1988 bajo la bandera de la Unión Soviética y en 1992 como parte de lo que denominaron el Equipo Unificado.
En fútbol, el primer partido disputado por Rusia a nivel internacional se realizó durante los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912, cuando el imperio estaba gobernado por los zares.
Sin embargo, esta participación se detuvo por el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Volvió a competir en el ámbito internacional en agosto de 1923, nueve meses después del establecimiento de la Unión Soviética, cuando un equipo siviético venció a Suecia por 2-1 en Estocolmo.
A partir de esa fecha, el primer partido oficial de la Unión Soviética reconocido formalmente por la UEFA tuvo lugar un año más tarde, el 16 de noviembre de 1924, con una victoria sobre Turquía en Moscú.
Desde ese momento, participó en siete Campeonatos Mundiales (llegando a la semifinal en 1966) y en siete Eurocopas, donde obtuvo el título en 1960.
Fue tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991 y la independencia de Rusia como estado soberano cuando renació el seleccionado en 1993. En su nueva etapa como equipo independiente alcanzó en tres oportunidades la fase final de la Copa Mundial de Fútbol y en cinco la de la Eurocopa, alcanzando su mayor logro en la edición de 2008 donde cayó en semifinales contra España.
Un siglo convulsionado
El siglo XX es uno de los más convulsionados de la historia mundial, y Rusia fue uno de los principales protagonistas, tanto en las dos guerras mundiales como en la denominada guerra fría, e incluso en los conflictos actuales.
Su potencial económico y armamentístico lo llevó a disputar la hegemonía mundial con los países más importantes de occidente, encabezados por Estados Unidos y los de Europa.
Las rivalidades se acrecentaron tras el reparto del mundo por parte de los vencedores de la Segunda Guerra. Esto le permitió a Rusia expandirse y dominar todo el oriente europeo y poner la mira incluso en América. La Revolución Cubana es un claro ejemplo de ese objetivo.
Sus líderes
La gran historia de Rusia comienza en las primeras décadas del siglo XX, cuando la Revolución de 1917 implantó el comunismo y catapultó a sus dos grandes líderes: Lenin, quien impuso la dictadura del proletariado, y Stalin, quien en su afán de consolidar su poder decidió eliminar o deportar a quien se opusiera a su pensamiento.
Fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando Rusia le puso freno a las aspiraciones de Hitler, y lo obligó a abandonar el frente oriental; incluso decidió contraatacar y se apoderó de Berlín. En esta ciudad se construyó el famoso muro, que dio inicio a la llamada Guerra Fría.
“Alejar a los ciudadanos del capitalismo y las influencias materialistas” fueron los argumentos para dividir el mundo.
Nikita Kruschev y Leonides Breznev fueron los herederos de esta política, que duró varias décadas, hasta que desembarcó en el gobierno quien dejaría su marca en el proceso político soviético: Mijail Gorbachov inicia el período de la Perestroyka y decide dejar que los estados pertenecientes al bloque del Este decidan su futuro libremente. A partir de esa histórica decisión Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria y Rumania dejan atrás el período comunista, siendo la caída del muro de Berlín el fin de una época. Los sucesores de Gorbachov lograron consolidar un poder fuerte, encarnado en las figuras de Boris Yeltsin y el actual mandatario Vladimir Putin.
Si bien Rusia tuvo que soportar crisis internas, amenazas internacionales y hasta intentos de golpes de Estado, actualmente sigue creciendo como una de las grandes potencias mundiales. Incluso en el convulsionado mundo actual, muchos la siguen mirando con respeto, y otros hasta con temor...
Fuente: El Tribuno