El conflicto mantiene en vilo al fútbol mundial: el PSG sancionó con dos fechas de suspensión (con prohibición de entrenarse con el plantel y sin goce de salario) a Lionel Messi por el viaje supuestamente inconsulto a Arabia Saudita junto a su familia, por el que se perdió una práctica luego de la derrota ante el Lorient por la Ligue 1. El castigo al delantero, de 35 años, terminó de dinamitar las posibilidades de continuidad en el gigante francés, aunque en realidad hace más de un mes su entorno había manifestado su preocupación por la falta de proyecto deportivo claro, casi una garantía de que la oferta económica no alcanzaba para seducirlo.
El episodio tiene además distintos detalles que despiden un tufillo extraño. Por ejemplo, que tanto el director deportivo Luis Campos como el presidente Nasser al-Khelaïfi sabían del compromiso de la Pulga, que ya había postergado dos veces. Y el cortocircuito no se habría dado si el técnico Christophe Galtier hubiese sostenido la agenda pautada con dos jornadas lines -lunes y martes-, que se modificó tras el último tropiezo en el Parque de los Príncipes.
Pues bien, el diario L’Equipe reveló el detrás de escena de la decisión. ¿Por qué Messi fue el blanco del “castigo ejemplificador” cuando en estos años de derroche de euros la institución había apañado decenas de actitudes poco profesionales mientras que el argentino no registraba ni siquiera un lunar? ¿Cómo reaccionó el vestuario ante la amonestación al capitán de la selección argentina campeona del mundo -precisamente venciendo a Francia en la final...-?
El caso del ex Barcelona le llegó como anillo al dedo a la dirigencia -o fue elegido como excusa- para ser usado como “un punto de inflexión en la historia reciente de París Saint Germain, porque la sanción atañe a uno de los más grandes jugadores de la historia”. Al-Khelaïfi había advertido al inicio de la temporada “el fin de las lentejuelas”. “Dream Bigger está bien, pero hoy sobre todo debemos ser realistas, ya no queremos ostentación”, había rubricado.
¿Traducción? La nueva concepción incluía que no sólo se sumaran grandes figuras a modo de golpe de mercado, sino que la política de fichaje tuviera una mirada a largo plazo. La “depuración de la plantilla” encabezada por el citado Campos siguió ese camino, aunque el resultado fue idéntico al de los años anteriores: un equipo desequilibrado, con grandes diferencias de jerarquía y casi nulo recambio en algunos sectores, una situación que quedó en evidencia en las instancias clave del periodo 2022/2023.
El sentido de las palabras del presidente del club también se vincula con el fin de los “privilegios”. Lo curioso es que la primera víctima haya sido Messi cuando Neymar, por caso, tuvo un extenso historial de situaciones similares. “El PSG a menudo había dado la impresión en los últimos años de encubrir las desviaciones de sus estrellas y nunca las había sancionado de esta manera. Además, Messi no parecía haberse destacado en esta área hasta ahora. Esta fuerte decisión, tomada por Al-Khelaïfi tras consultar con los accionistas del club, se enmarca en un contexto en el que la dirigencia parece querer establecer su autoridad frente a sus jugadores”, indicó L’Equipe.
Fue el portugués Campos, de carácter volcánico y oscilante en el año deportivo -llegó a bajar al banco de suplentes para dar indicaciones en medio de un partido, reduciendo el poder del entrenador Galtier, al que él mismo eligió- el encargado de llamar a Messi para comunicarle la sanción. Ahora bien, ¿cómo impactó en camerinos?
“Los líderes del vestuario, en general, entendieron la decisión”, destacó el mismo medio. “Algunos todavía se preguntaban acerca de la capacidad de los encargados de tomar decisiones para reproducir este patrón en el futuro. Los referentes del club aún tendrán que demostrar que el discurso siempre será seguido por actos, para que se vuelva evidente. Algunos dudan, aseguran que lo conseguirán, sea cual sea el jugador o la falta cometida”, concluyó el diario parisino.
Mientras, queda florando la duda respecto de si Messi volverá a jugar con la casaca del PSG en los tres partidos posteriores a la sanción, ante contra Auxerre, Racing de Estrasburgo y Clermont, para intentar colgarse la corona de la Ligue 1 (tiene cinco puntos de ventaja) con participación dentro del campo, o el ciclo de la Pulga en la institución ya llegó a su fin de una manera que la estatura del futbolista de ninguna manera merece.