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El momento más tierno del Mundial y que pocos vieron

El momento más tierno del Mundial y que pocos vieron

Tras finalizar el partido entre Croacia e Inglaterra, sobre el césped de la cancha del estadio de Luzhniki corrían tras la pelota cuatro figuras diminutas. Eran los hijos de los jugadores croatas Ivan Perisic y Domagoj Vida, que se divertían en el mismo escenario en el que sus padres acababan de escribir la gesta más impactante de deporte croata.

Las pantallas de los televisores en todo el mundo estaban ya en modo "off Mundial", porque el partido entre Croacia e Inglaterra había terminado hacía unos cuantos minutos, cuando Rusia 2018 le ofreció a unos pocos miles de privilegiados en el estadio Luzhniki el que para muchos es ya el mejor momento del torneo. Unos minutos mágicos que  pocos  vieron por televisión.

Sobre el césped corrían tras la pelota cuatro figuras diminutas. Eran los hijos de los jugadores croatas Ivan Perisic y Domagoj Vida, que se divertían en el mismo escenario en el que sus padres acababan de escribir la gesta más impactante de deporte croata. 

Niños de tres, cuatro, cinco años, diminutos y vivaces yendo y viniendo por el césped al que Perisic y Vida volverán el domingo para jugar la final con Francia, el mismo escenario en el que se habían jugado 120 minutos de una dramática semifinal ganada por 2-1 ante Inglaterra.

Cuando los mini-Perisic y mini-Vida metían un gol, los miles de hinchas croatas celebraban como si el partido siguiera y los nenes levantaban sus brazos correspondiendo a la hinchada. Era todo una locura, porque además, por los altavoces del estadio, sonaba Oasis con "Don't look back in anger", que era mucho más apropiado como mensaje para sus compatriotas ingleses que para esos extasiados croatas. Era más que comprensible que los ingleses mirasen el partido que perdieron con enojo, rabia, decepción y toda la paleta de sensaciones que genera no poder dar el salto a la final de un Mundial cuando se iba ganando 1-0 desde el minuto 5.

La actuación de los pequeños croatas terminó con una gran ovación de los fanáticos que estaban en el estadio una vez que sus padres se los llevaron en hombros y de regreso al vestuario. Y las dos hinchadas, porque también quedaban ingleses en las tribunas, se unieron cantando el emblemático tema de la banda de Manchester.

 

 

Fuente: La Nación




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