Nadie sabe qué quiere ni qué pretende Kylian Mbappé. El delantero, la bandera del fútbol francés, uno de los mejores futbolistas del mundo, enreda y juega tanto y tanto con su futuro y sus contratos que hace imposible adivinar qué es lo que busca conseguir con cada intervención pública que realiza, con cada rumor que filtra su entorno. El ruido y la expectación que genera permanentemente en torno a su futuro deportivo ha alcanzado tal magnitud en los últimos años que ha terminado incluso por eclipsar al futbolista. Podría decirse que el Mbappé empresario ha devorado al Mbappé estrella del fútbol. Prueba de ello es que cada vez se habla menos de sus goles, nada menos que 41 esta temporada, y de aquella potencia y aceleración que asombraron a la industria, y más de sus derechos de imagen o de sus pretensiones económicas, entre otros asuntos.
Este año, cuando se esperaba un verano calmado tras el terremoto que generó su platón de última hora al Real Madrid y su renovación con el PSG, Mbappé ha vuelto a colocarse en el foco mediático. El detonante fue la carta que envió hace semanas a Catar confirmando su renuncia a ejecutar la ampliación de su contrato hasta 2025. Un nuevo movimiento de inicio desconcertante, porque el delantero quiere ser agente libre en 2024, pero, según afirma en público, desea continuar en París. Busca irse, pero no ahora. O eso es lo que dice. La realidad es que Mbappé ha iniciado otra partida de póker con los mismos protagonistas de siempre: él, el PSG, y el Madrid. Lo que ocurre es que esta vez los franceses no suben la oferta y amenazan con levantarse de la mesa, mientras que el club blanco aguarda pacientemente sentado a ver qué hacen el delantero y los cataríes.
En Valdebebas siempre han tenido claro dos cosas tras lo sucedido el año pasado: que Mbappé seguía siendo un fichaje estratégico para el club y que la situación que vivieron entre enero y septiembre de 2022 no iba a repetirse bajo ninguna circunstancia. Por ello, desde que se hizo público que el jugador había comunicado oficialmente su decisión de no extender su contrato, la postura del Real Madrid fue la de adoptar una posición pasiva. Según afirma una fuente del club, ellos ya conocían con anterioridad el deseo del jugador de no continuar en París más allá de junio 2024 y trabajaban desde hace un tiempo en ese escenario. Pero ahora esa fecha y los plazos han cambiado.
Que los acontecimientos estén cada vez más de precipitarse es decisión del PSG. En Catar no están dispuestos a aceptar los tiempos que quiere jugar Mbappé. En este sentido, el medio francés Le Parisien, muy cercano a los dirigentes del club, asegura que el mensaje tanto al futbolista como a su madre, Fayza Lamari, la encargada de manejar los asuntos contractuales del chico, es firme: o renueva o se marcha este mismo verano en un traspaso que valoran en torno a los 200 millones de euros.
El PSG y Mbappé libran ahora una especie de batalla con dos frentes principales: la opinión pública y el dinero. Ninguna de las partes está dispuesta a presentarse como el villano de la historia ante la hinchada y los ultras del club, de la misma manera que tampoco quieren verse perjudicados económicamente. Respecto a lo primero, el jugador no quiere transmitir que está forzando su salida, de ahí sus declaraciones públicas de este mes en las que insiste una y otra vez en su deseo de continuar en París. Él solo se irá este verano si le obligan a hacerlo. Desde el PSG, en cambio, filtran que la situación qué plantea el jugador no les ofrece otra alternativa que no sea una venta inmediata.
Y aquí entra en juego la parte económica. El equipo francés, con menos margen que en años anteriores, no acepta que el delantero se marche gratis dentro de un año por dos razones: no van a renunciar a los cerca de 200 millones que obtendrían por su traspaso ni están por la labor de seguir regando de dinero al jugador, todavía pendiente de cobrar una cifra desorbitada en concepto de prima por la renovación que firmó el año pasado. Este último punto también es importante para Mbappé, muy reticente anticipar su salida si esta repercute de manera significativa en sus ingresos.
Desde el Madrid, por el momento, aguardan a qué o bien el PSG o bien Mbappé muevan ficha públicamente. La misma fuente asegura que en términos económicos estarían en disposición de acometer la operación este mismo verano. Y aunque se sigue hablando de 2024, lo cierto es que cada día que pasa crece el optimismo en torno a una posible llegada del delantero antes del mes de septiembre. Eso sí, la prudencia en torno a todo lo que rodea a Mbappé es máxima, y se insiste en que ni va a suceder lo del año pasado ni va a ser una historia que se prolongue durante todo el mercado.
El eterno culebrón del fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid puede terminar justo en el momento en el que menos se esperaba. El PSG aprieta, el jugador calcula y el Madrid espera.