El viejo refrán sentencia que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Es aplicable a Eduardo Coudet, el técnico de Racing, que no para de tropezar con un gigante del arco como Franco Armani, otra vez figura en la noche de Avellaneda, transformándose junto a Javier Pinola, en uno de los grandes sostenedores del 0 a 0 que River se llevó del Cilindro. No tuvo que revolcarse en demasiadas ocasiones el 1 del conjunto de Marcelo Gallardo pero con dos atajadas con su sello nuevamente dejó su arco invicto.
River invirtió mucho para tenerlo bajo los tres palos a este flaco de 189 centímetros nacido en Casilda hace 31 años. Pero los 4 millones de dólares que puso para traerlo desde el fútbol colombiano cuando brillaba en Atlético Nacional de Medellín parecen amortizados por su rendimiento sin fisuras. Los números de Armani no dejan lugar para las dudas: en 23 partidos apenas le hicieron 11 goles, solamente lo vencieron en dos ocasiones en los últimos 13 encuentros (un gol le hizo Emelec en la Libertadores y otro Villa Dálmine por la Copa Argentina) y en 14 oportunidades mantuvo su arco en cero.
Ya se había destacado en el choque ante Racing por la Superliga. Esa vez, el 8 de abril pasado, con mayor protagonismo para ser clave en el 2 a 0 de su equipo. Por eso Coudet, quien había padecido sus salvadas cuando dirigía a Rosario Central en los cruces con Atlético Nacional, había expresado risueñamente en la conferencia de prensa posterior a esos 90 minutos que apagaran el televisor porque iba a soñar con el arquero.
Con humildad, el hombre que anoche utilizó un buzo blanco con mangas verdes, dijo después del magro empate en el Cilindro que “tengo que aparecer las pocas veces que le llegan al equipo. Gracias a Dios se mantuvo el arco en cero”. No dudó en casi ningún centro, se mostró algo impreciso para los envíos largos con los pies aunque su fuerte, el uso de las manos firmes, se mantuvo inalterable. Racing no generó demasiadas jugadas claras en el área rival. Tapó un remate de la Pantera Bou a los 22 del primer tiempo, un remate débil de Licha López al final de esa etapa, otro tiro con poca fuerza de Soto y al final se lució con su tapada más crucial ante la palomita de Cristaldo en tiempo de descuento. “Fue un resultado importante teniendo en cuenta que es una serie de ida y vuelta”, agregó el 1, que fue recibido con un cantito hostil por la hinchada académica. “Borombombón, borombombón, le queda grande la Selección”, le cantaron al comienzo del partido y también al inicio del segundo tiempo. Quizás por impotencia o por envidia, o por el bendito folclore del fútbol que impide reconocer el mérito ajeno. Si bien el reciente paso con frustración temprana en el Mundial de Rusia habilita algún reproche, Armani silenció cualquier crítica con otra actuación impecable.
La atajada a Gustavo Bou a los 22 minutos del primer tiempo fue una de las más destacadas de Armani.
Todo está abierto para la revancha de este cruce copero que recién vivirá su segundo capítulo el miércoles 29 de agosto. Armani demostró que parece invulnerable y que es uno de los grandes responsables de la racha invicta de River que anoche alcanzó los 20 partidos (ganó 15 y empató 5) en cuatro competencias. Solamente no estuvo ante Central Norte cuando atajó Germán Lux.
En el arco de enfrente hizo su debut Gabriel Arias, que tampoco desentonó. Fue importante esa pelota que al minuto de juego le sacó a Nacho Scocco. Le dio confianza, contagió sobriedad y seguridad, no tuvo dificultades en las pelotas aéreas el ex Defensa y Justicia. Por su buen estreno se fue envuelto en aplausos.
Está dicho, el 29 se volverán a ver en el Monumental. En una serie que aparenta ser muy cerrada y pareja los arqueros pueden volver a ser fundamentales. ¿Cuál de los dos terminará festejando el pase a cuartos?
Fuente: Clarin
