Federico camina por los pasillos del hotel Barceló Imagine de Madrid con un buzo de San Lorenzo. "Me hice cuervo por mi abuelo", cuenta. Está en Madrid porque le hizo un regalo a su padre, Miguel. Compró los pasajes y las entradas para estar en el Santiago Bernabéu. Es que su papá es fanático de River, como sus hermanos. Viven en Canadá hace 15 años, hacia donde se fueron tras la crisis económica del 2001 en la Argentina. Y aquí se encontraron con amigos suyos que integran la filial de River en Toronto y juntos estuvieron en la madrugada de este lunes en el Eurostars Tower Madrid, el bunker millonario en la capital española. Presenciaron allí el festejo de los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Y una vez que se fueron, se encontraron con alguien especial en las calles madrileñas.
Habían hecho no más de 100 metros desde el Eurostars Tower cuando de frente venía Marcelo Gallardo. Sí. El Muñeco había salido un rato de la atmósfera y estaba caminando en medio de la fría noche de Madrid. No es la primera vez que lo hace. En Japón, en 2015, contó que al no poder conciliar el sueño por el cambio horario, se iba a caminar. “Estoy pensando, muchachos”, les respondió, con un dejo de misterio, el técnico de River cuando los integrantes de la filial Toronto le preguntaron qué hacía allí. Gentilmente, se paró, dialogó un par de minutos y se sacó fotos con ellos.
¿Qué estaría pensando el Muñeco? ¿En su continuidad? El presidente Rodolfo D'Onofrio ya confirmó que seguirá. Alivio para los hinchas de River. Es que este proyecto va más allá de los resultados deportivos. Incluye la transformación en las Divisiones Inferiores del club, un aspecto clave y trascendental en el pensamiento del DT millonario. Seguramente, habrá salido a caminar para descargar las tensiones. Y tomarse un ratito de libertad en medio de la vorágine. O, tal vez, conociendo su estilo, seguramente ya estará pensando en el Mundial de Clubes. El Muñeco, convertido en leyenda tras esta final histórica en la que su equipo le ganó la final de la Copa Libertadores a Boca, es un animal competitivo que siempre va por más.
Un rato antes había formado parte, lógicamente, del festejo íntimodel plantel. Ni bien llegaron al hotel ingresaron al restaurante para cenar. A los jugadores allí los esperaban los dirigentes, allegados y familiares. También ex jugadores como Fernando Cavenaghi, Leandro Chichizola, Ramiro Funes Mori, Manuel Lanzini y Gabriel Mercado, quienes estuvieron en el Santiago Bernabéu. Y hubo una invitada especial: la Copa Libertadores. Colocaron el trofeo en una de las mesas.
Había emoción. Mucha. En Leonardo Ponzio y Jonatan Maidana, los referentes principales, que les pusieron el broche de oro a sus carreras. En los pibes, que se hicieron grandes de la mano de Gallardo. En los uruguayos, Mora y Mayada. En los colombianos, Quintero y Borré. En los que eran hinchas de chiquitos y cumplieron el sueño de vestir la banda roja de grandes, como Armani, Pinola, Enzo Pérez e Ignacio Scocco. En todos.
Y mientras degustaban milanesas, pastas, ensaladas y pizzas, el menú habitual posterior a los partidos, cantaban. “Señores, yo soy del gallinero, a River lo sigo a donde va...” Y algunas servilletas se movían en forma de hélice. Se paraban y se sacaban fotos con la Copa. La abrazaban, la besaban.
Y se acordaron del eterno rival, claro. Al que habían vencido en el Bernabéu. “Boca, Boca compadre, la c...de tu madre...Te c....en Mendoza, te c....en La Boca...te c....en la Copa, te c....en Europa”. Ese canto ya había estallado en el vestuario. Y se viralizó por las redes sociales con un live que hizo Lucas Martínez Quarta. Además, apuntaron al presidente de Boca. Y al de la Nación. “Angelici botón, Angelici botón, sos amigo de Macri, la p...madre que te parió”. Y también sonó: “Si querés dar la vuelta no te quedes con ganas, hay una calesita en el Parque Lezama”.
River disfrutó de una noche especial. La noche en que se convirtió nuevamente en rey de América. Luego de vencer a Boca, nada menos. Y se festejó de manera especial aquí en Madrid.