Boca no pudo sacar ventaja a favor en el primer chico (2 a 2) disputado en la Bombonera pero se fue confiado y quedó a la expectativa de la revancha del sábado 24 de noviembre.
Una de las primeras incidencias del partido fue la lesión de Cristian Pavón, que descubrió la llave con la que el equipo de Guillermo Barros Schelotto abrió el partido. Este factor puede ser determinante pensando en el encuentro de vuelta por la final de la Libertadores, aunque no el único. El Xeneize tiene motivos de sobra para acudir confiado al Monumental y dar uno de los golpes más grandes de su historia.
Dario Benedetto, Ramón “Wanchope” Ábila y Nahitan Nandez celebran el segundo gol de Boca ante River en la primera final de la Copa Libertadores 2018. (AP)
1. LA BUENA ACTUACIÓN DEL DOBLE 9
Este punto no va en detrimento del rendimiento o las condiciones de Pavón, pieza clave en el ciclo de Guillermo. Pero la realidad es que Wanchope Ábila y Darío Benedetto le generaron más de un dolor de cabeza a River. Tanto es así que el ex Huracán fue quien abrió la cuenta en la Bombonera y dejó expuesto a Franco Armani, quien no pudo contener su segundo remate. En tanto, el Pipa desnudó una vez más la faceta que tanto le cuesta al Millonario: la pelota parada en contra. Las estadísticas son contundentes: Boca, que en tres cotejos (amistoso en Mar del Plata, Supercopa Argentina y Superliga) en lo que va del año no había podido convertirle, le hizo dos tantos en 12 minutos. El mellizo tendrá muy en cuenta este dato de cara al desquite.
2. EL PLANTEL LLEGARÁ COMPLETO
Tanto Cristian Pavón (tirón en el isquiotibial izquierdo) como Leonardo Jara (calambre en los gemelos) y Pablo Pérez (arrastra una molestia muscular) no tendrían inconvenientes en llegar al 100% para la revancha. De todas formas, Barros Schelotto dispone de alternativas en su plantel y hasta sumará a Esteban Andrada, quien probablemente ataje el fin de semana que viene ante Patronato por la Superliga. Los cuatro elementos que estaban "en capilla" con dos amonestaciones salieron ilesos de la primera cita superclásica: Nahitan Nandez, Pablo Pérez, Lucas Olaza y Pavón.
3. SUS DOS RACHAS PARALELAS QUE PESAN
Desde que Guillermo Barros Schelotto se hizo cargo de Boca, visitó tres veces a River en el Monumental y jamás perdió: empate 0-0 por el Campeonato 2016, victoria 4-2 en el Campeonato 2016/2017 y triunfo 2-1 en la Superliga 2017/2018. Además, el mellizo enfrentó al Millonario cuando era DT de Lanús y lo eliminó en Núñez en los cuartos de final de la Sudamericana 2013. Por otra parte, el Xeneize arrastra una racha positiva fuera de casa en esta Libertadores 2018: nunca fue derrotado como visitante. Rescató igualdades en la fase de grupos ante Alianza Lima (0-0), Palmeiras (1-1) y Junior de Barranquilla (1-1); venció a Libertad de Paraguay en Asunción (4-2) y también empató con Cruzeiro (1-1) en cuartos y Palmeiras en semis (2-2). Parece haberle agarrado la mano a los encuentros fuera de casa.
4. SU HISTORIA Y MÍSTICA COPERA
Boca está a un solo triunfo de levantar su séptimo trofeo de América y alcanzar así a Independiente en la tabla histórica. A los bicampeonatos del 77/78 y 2000/2001 se les sumaron las estrellas del 2003 y 2007 para transformarse en el equipo más pesado del continente. Tres de sus seis conquistas fueron definiendo las finales como visitante (dos como local y la restante en terreno neutral). Otro dato relevante es que al no haber gol de visitante en esta instancia decisiva, un empate llevará la serie a los penales, donde históricamente el Xeneize tuvo un Dios aparte: la mitad de sus Libertadores llegaron a través de esa vía (Cruzeiro en el 77, Palmeiras en el 2000 y Cruz Azul en el 2001).