El arranque fue tan parejo como se imaginaba. Después de casi una hora de buscarlo, y de un comienzo muy seguro de Del Potro al servicio (siete aces y 80% de puntos ganados con el primer saque), Nadal encontró el quiebre en el último game, en la única de las cuatro chances que pudo aprovechar. Es cierto también que el español se mostró imbatible: no le entregó al tandilense ni una posibilidad de quedarse con su saque.
Del Potro tuvo después el gran mérito de no aflojar ni un poco luego del golpe que había significado ceder un primer set tan parejo. Con un saque efectivo y variándole los efectos y los ritmos a Nadal, se mantuvo en partido y después aprovechó la primera gran chance que se le presentó: en el noveno game, con Nadal sacando 15-40, consiguió su primer break del partido.
Fuente: El Tribuno