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River escribió otro capítulo heroico en Brasil y está en la final

River escribió otro capítulo heroico en Brasil y está en la final

Se lo dio vuelta a Gremio por 2 a 1 en los últimos minutos y pasó por el gol de visitante.

Creer. El verbo que más se repitió en Núñez durante la última semana y que se repitió en Porto Alegre. Y había que creer. Tenía razón Marcelo Gallardo. No había que dar por muerto a River ni aún cuando la historia parecía sentenciada. Faltaban menos de diez minutos. El equipo millonario necesitaba dos goles. Se quedaba afuera de la Copa Libertadores otra vez en una semifinal. Pero había que creer. Porque el milagro estaba cerca. Y se hizo. Y otra vez, de la mano del Muñeco, River concretó una hazaña en Brasil. Como en Belo Horizonte en 2015, quedará grabado Porto Alegre 2018. River es finalista de América por sexta vez en su historia.

Y para que todo sea más épico, sobre el final, cuando River ya había dado vuelta el partido, empezó a llover. Relámpagos por todos lados y una impresionante cortina de agua. Como en tantas noches históricas del equipo de Núñez. Para el delirio de esas cuatro mil almas que gritaban sin parar allá en lo más alto del Arena de Gremio. Que se quedaron revoleando sus remeras, saltando, cantando. Con los jugadores en el campo de juego más locos que nunca delirando a la par de ellos.

Cuesta encontrar razones desde el juego para explicar por qué River le dio vuelta a Gremio un partido que el local  parecía tener controlado. La historia pasó más por el carácter, el coraje y el temple de un equipo que no se rinde nunca. Ni aún cuando parece vencido. De mantenerse en partido siempre. Que lo iban a tener que matar para sacarlo de la Copa. 

Tal vez se encuentre alguna explicación en esa apuesta por jugar aún sin tener la noche más clara. Y a que Gremio haya pagado su extremado conservadurismo y haber hecho tiempo una y otra vez.

Y si hablamos de creer, en la definición del partido estuvo implicado un hombre por el que Gallardo creyó siempre. Que no fue titular anoche, tal vez porque no estaba en su mejor nivel tras el desgarro que lo había dejado un mes afuera. Pero que salió a la cancha en el segundo tiempo y que una vez más fue decisivo como en tantas otras oportunidades. El Pity Martínez, una vez más fue clave. Para ejecutar con precisión el tiro libre que Borré cabeceó al gol. Y para ejecutar un penal en el momento más caliente. Cuando de su pegada dependía el pasaje de River a la final, que él terminó emitiendo con esa magistral pegada.

Otra vez el VAR fue protagonista en otra semifinal de River. Pero esta vez para hacer justicia. Porque un remate de Scocco había dado en la mano de Bressan, que abrió sus brazos. Cunha no lo vio pero desde el VAR le avisaron. La revisó y dio el penal. Entre dos y tres minutos duró la secuencia para darle más suspenso. Nadie entendía nada en el Arena. La desesperación cambiaba de dueño.

Bancó River la parada en los últimos minutos, con Maidana y Pinola, dos leones; con Pratto, que jugó, luchó y terminó dando una mano para sacar pelotas, y con Armani quedándose con los centros. Otra vez el arquero fue decisivo al sacar un mano a mano cuando el encuentro estaba 1-0 para Gremio.

Es que River estaba jugada y dejaba espacios. No lo aprovechó Everton. Pero Gremio tenía todo controlado, sostenido en Geromel, que sacó todo. Y en ese esquema sólido que le había dado resultado hasta los 170 minutos de la serie. Pero que se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos.

Borré, que se desquitó tras el gol que había perdido al principio, movió la estructura de Gremio. Y Pity la terminó de tirar abajo. River dio el golpe en Brasil. Y la final Superclásica está a un paso de darse.

Fuente de la Información: Clarin



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