Es lo que hay, es lo que tenemos en el bastardeado y postergado fútbol salteño. Y la implacable e histórica goleada de River a Central Norte (la segunda peor del cuervo en su vida deportiva) llega para mostrar la triste realidad del fútbol de Salta, desnuda y sin velos.
El millonario, con todo su aparato, su estructura, su abismal diferencia económica, física, técnica, táctica y de jerarquía individual en cada uno de sus jugadores, pasó por encima en todo sentido a uno de los dos representantes de nuestra provincia en la federal Copa Argentina, con un lapidario 7 a 0 que no resiste mayores análisis, porque es la lógica diferencia entre un equipo que se preparó a lo grande, con una megapretemporada en Estados Unidos, para pelear competencias internacionales, y un rejuntado de valores salteños que se unió poco antes de este histórico pleito movilizados más por la motivación de enfrentar a un grande.
Pero eso sí, a la ya consabida distancia kilométrica entre uno y otro competidor en el campo de juego, se le suma otro agravante, no menor: a la lista de precariedades que hoy sufre el azabache, no puede obviarse que lo perjudicó notablemente en la preparación para este partido su condición de equipo del Federal B, categoría que la “nueva” AFA está terminando de aniquilar para siempre con su eliminación de las esferas jerárquicas del fútbol: un elenco sin ningún tipo de competencia oficial, más allá de este mano a mano, en todo el 2018, ya que el último partido que el azabache jugó por algo fue en diciembre de 2017, cuando cayó con Racing de Córdoba en la final por el ascenso, y la próxima vez será en 2019, con el nuevo torneo Regional Amateur.
Pero más allá de estas dos implacables verdades que sirven para mostrar el contexto que explique el baile memorable de River a Central Norte, también vale poner en foco la falta de madurez de algunos de los valores del club, que llegaron “verdes”, así como llega a primera la mayoría de los pibes salteños, que son frutos de unas divisiones inferiores que desde hace años se sustentan con bajas apuestas y malas gestiones.
Y tampoco debe soslayarse que los experimentados del plantel, caso Mariano Maino, responsable directo en el segundo, el cuarto, el quinto y el sexto gol, por malas resoluciones para salir a achicar (en el de Pratto), por no salir a cortar en un centro (el de Martínez Quarta), por empujarla él mismo (en el primero de Palacios) o por ceder un rebote (en el segundo del tucumano).
River arrancó la Copa demostrando por qué es el bicampeón y no se guardó nada ante un Central que se traerá a Salta una triste imagen y que deberá volver a rearmarse para intentar por enésima vez recuperar un sitial perdido. Aunque con la estructura actual del fútbol argentino, la tarea será más cuesta arriba.
Bautismo no deseado
- River y Central Norte se vieron las caras por primera vez de manera oficial. Antes, solo habían disputado dos amistosos
- El equipo de Gallardo no tendrá mucho descanso por Copa: enfrentará este sábado, a las 19, a Villa Dálmine, en Formosa, por los 16avos de final.
- la síntesis
RIVER 7 CENTRAL NORTE 0
G. Lux M. Maino
G. Montiel J. Calderón
Martínez Quarta F. Turus
J. Pinola R. Curletto
M. Casco R. Zelaya
L. Ponzio F. Peinado
E. Palacios M. Iglesias
I. Fernández F. Apaza
G. Martínez M. Ceballos
I. Scocco F. Rojas
L. Pratto S. Pavisich
DT: M. Gallardo DT: R. Apaza
Goles: PT: 4’ y 22’ Scocco (RP), 15’ Pratto (RP), 31’ Martínez Quarta (RP), 45’ Palacios (RP). ST: 3’ Palacios (RP), 19’ Borré (RP).
Cambios: ST: Flavio Guanca por Apaza y Benjamín Jurado por Rojas (CN), 17’ Rodrigo Mora por Pratto, Cristian Ferreira por Martínez y Santos Borré por Scocco (RP), 23m’ Matías Encina por Peinado (CN).
Jornada: 32avos de final
Estadio: “Brigadier López”
Árbitro: Hernán Mastrángelo
Fuente: El Tribuno