Según el IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) se encuentran vigentes hoy por hoy en
nuestro país 163 impuestos. Esta cantidad, nos lleva a ocupar el tercer puesto entre los países
que más tributos se paga de américa latina, llegando los nuestros al 31,3% del PBI.
Lamentablemente, este tercer puesto merecido, no nos está resultando de bien. No todos los
países poseen el mismo funcionamiento. Existen algunos con alta presión tributaria como ser
Islandia, Dinamarca o Francia que están entre los más competitivos del mundo, y otros como
Argentina, Uruguay, Cuba o Bolivia en los que a pesar de sus elevados impuestos, no los
caracteriza su competitividad. En resumen, la presión tributaria no determinara la
competitividad de un país o no, existen otras variables que también influyen en esto.
Nombrar y definir cada uno de los impuestos en Argentina con su objeto volvería a este
artículo muy extenso, pero podemos decir que los más significativos son: IVA (impuesto al
valor agregado), ganancias (de personas y sociedades), aportes y contribuciones a la seguridad
social, ingresos brutos, impuesto al cheque, al comercio exterior y sobre combustibles. Estos
siete tributos mencionados componen el 90% del total de la recaudación.
¿Por qué existen tantos tributos?
Esta pregunta no es muy difícil de responder. El estado, posee diferentes gastos que cubrir,
podemos clasificarlos en:
1. Consumo: Salario pagado a empleados públicos y bienes y servicios para el consumo
corriente.
2. Inversión: Gastos de capital, como construcción de caminos, puentes, etc.
3. Transferencias: Al sector privado, incluye pensiones de retiro, seguros de desempleo y
otros beneficios.
4. Intereses sobre deuda pública: Intereses a pagar por deuda contraída.
Para poder cubrir estos gastos, el estado se financia a través de impuestos, préstamos y
ganancias de empresas estatales en caso que cuente con las mismas.
Pero, ¿hasta qué punto es beneficioso el aumento en los impuestos? ¿Siempre que se
incrementan sus tasas, o se imponen nuevos, aumenta la recaudación del gobierno?
En 1980, un economista estadounidense llamado Arthur Laffer presenta lo que hoy se conoce
como la curva de Laffer. Esta curva y su teoría, podrán responder las dos preguntas que se
mencionan anteriormente.
La curva de Laffer, como podemos observar en el gráfico, se basa en la siguiente teoría
(comprobada en la práctica): Tanto en el punto en que la tasa impositiva es 0% (t0) como en el
que la misma es 100% (tmax) la recaudación del estado será cero. Esto se debe a que si la tasa
fuese del 0% nadie pagaría impuestos, y si fuese del 100% nadie trabajaría para destinar todos
sus ingresos al pago de tributos.
De esta manera, Laffer expresa que existe un tramo ascendente en la curva, donde habrá bajas
tasas impositivas y aumento de recaudación a medida que aumentan estas tasas. Se llegara de
esta forma a un punto máximo (t*; Tmax), a partir del cual al continuar aumentando esta tasa,
la recaudación impositiva disminuirá.
Esta teoría posee una explicación. El aumento de impuestos y su consecuente disminución en
la recaudación se deben a que, en determinado punto, una elevada carga fiscal produce lo
siguiente:
- Salida masiva de capitales del país: Se buscaría producir y obtener ganancias en otro
territorio con menor presión tributaria.
- Disminución del consumo: Individuos contarían con menos dinero para consumir y
posiblemente los precios de los productos aumenten si estos están gravados por algún
impuesto que aumento, como por ejemplo el combustible.
- Disminución de la inversión: ¡Pero por supuesto! ¿Quién querría invertir en un país
plagado de impuestos donde gran parte de la rentabilidad se la llevara el estado? Suena
totalmente lógico.
- Surgimiento de una economía ilegal: Mejor conocida como “en negro”, la cual busca
continuamente evadir impuestos.
Por lo tanto, suponiendo que nos encontramos en el punto máximo (t*; Tmax), podemos
resumir:
(+)Impuestos = (-) Capitales, (-) Consumo, (-) Inversión, (+) Economía ilegal = (-) Recaudación
La teoría de Laffer se confirmó en diferentes países, como ser España donde al aumentar el IVA
disminuyo significativamente su recaudación, o Irlanda quien incremento su recaudación al
disminuir el impuesto a sociedades. Ambos países se encontraban por encima del punto
máximo, España continuo aumentando su presión tributaria y por ello disminuyo su
recaudación, mientras que Irlanda opto por lo contrario, disminuyo su presión, aumentando
así dicha recaudación.
En este punto, conocedores pensaran “en Estados Unidos no dio resultado” ya que su
recaudación disminuyo al reducir las tasas impositivas, pero esto puede haber sucedido debido
a que no se encontraba del lado derecho de la curva, sino en el izquierdo, en el tramo
creciente de la misma (t1; T1), donde para aumentar la recaudación todavía podía seguir
aumentándose las tasas.
La dificultad se encuentra en definir ese punto máximo, ya que este depende de diferentes
factores y varía de un país a otro.
De todas formas, se debe tener en cuenta también que el nivel de presión tributaria no es el
único factor que determinara la recaudación a obtener. Como se menciona al principio uno de
los usos de esta recaudación es la inversión, en obras públicas, salud, educación, y si esta
inversión no se lleva a cabo, los contribuyentes no verían el fruto de sus aportes, por lo que no
estarían dispuestos a realizarlo o su tolerancia a una elevada presión sería menor.
En un país donde se puede observar que los impuestos se destinan al desarrollo del mismo y a
la contribución del bienestar social mediante obras públicas, inversión en educación, salud, los
individuos encontraran una satisfacción en el pago de estos tributos, tendrían una tolerancia
más alta ante una carga impositiva elevada, ya que observarían los frutos de sus aportes día a
día.
Lo contrario sucederá en un lugar donde estos aportes no se reflejen en el desarrollo, elevada
presión tributaria pero falta de obra pública, salud y educación sin las condiciones necesarias
para llevarse a cabo eficientemente. ¿Quién querría contribuir con su país, si los
administradores de estas contribuciones no utilizan las mismas correctamente? Esta última
situación, se resume en una sola palabra: CORRUPCION.
Es algo bastante lógico a mí parecer, si cuento con unos excelentes caminos, un transporte
público eficiente, educación y salud pública en condiciones, contribuiría sin ningún reproche,
pero si esto no sucede y además le sumamos que la presión es elevada, nos encontramos ante
un inconveniente.
Particularmente en Argentina, podemos observar que el grado de consumo no es el deseado
(es por eso que se implementan planes como “Ahora 12”), los niveles de inversión no son los
que se esperaban y la economía ilegal es moneda corriente. A estos factores podemos
agregarles los caminos y rutas que dejan mucho que desear, al igual que la educación y salud
pública.
Lo mencionado no es novedoso, estamos acostumbrados hace muchos años a convivir con
esta realidad día a día.
¿Nos encontraremos entonces del lado derecho de la curva de Laffer? ¿Sera una de las
soluciones a nuestra economía la disminución de la carga impositiva?
En mi opinión, sí.
Cr. José I. Ruiz Nallar
joseruiznallar@gmail.com