La devaluación y la evidente derrota que sufrirán los salarios frente a la inflación -medida en pérdida de poder adquisitivo- reactivó la discusión sobre el impacto en las cuotas de los créditos hipotecarios UVA, los créditos en los que el capital adeudado -y por ende la cuota a pagar- se ajusta a la par del índice de precios al consumidor que informa el INDEC mes a mes.
El gobierno de Mauricio Macri está pensando en mecanismos para que los deudores puedan apelar a algún “amortiguador” para que la relación cuota-ingreso no se modifique de manera exagerada.
Las opciones barajadas por el gobierno son estas:
- Un seguro, que se activaría en caso de que la relación entre la cuota indexada y los ingresos del deudor supere un cierto porcentaje. Así, si al inicio del crédito la relación cuota ingreso era de, por ejemplo, 20%, el seguro se activaría si esa relación salta al 25%. Se está estudiando quién pagaría ese seguro. Todo indicaría que debería haber un aporte extra a la cuota que debería abonar el tomar del crédito.
- Otra opción es crear un fondo compensador, que, como en el caso anterior, se active cuando se altere por encima de un límite la relación cuota-ingreso.
Esta es una idea tomada de un proyecto que presentó tiempo atrás el Frente Renovador, redactado por el diputado Marco Lavagna, quien proponía mantener estable la relación cuota ingreso. Por ello, cuando los sueldos le ganan a la inflación el banco destina al Fondo una parte de la cuota, mientras que si se dispara la inflación por encima de los salarios el Fondo utiliza el dinero acumulado para garantizar que la cuota no aumentará más de lo que aumentan los sueldos, protegiendo al deudor.
También se hablaba de que dicho fondo compensador se fondee con el 10% de las utilidades que obtenga anualmente el Banco Central.
Días atrás, diputados de la oposición impulsaron un proyecto para que la cuota se actualice por el Coeficiente de Variación Salarial o el IPC, el menor de ellos.
Otro proyecto de los senadores del PJ establece que recién “una vez que el CVS acumulado desde la fecha de ingreso al crédito alcance el de la moneda indexada, el ajuste se efectuará por este último”.
Y contempla que si los salarios crecen un 5% por encima de la devaluación, los Bancos podrán recibir una “prima adicional” equivalente a 1,5% de la cuota hasta cubrir ese desfasaje.
Hoy, los deudores de créditos UVA tiene la posibilidad de apelar a la cláusula que dice que si la inflación supera por más de un 10% la evolución de los salarios, los bancos deberán ofrecerles a sus deudores la posibilidad de extender por un 25% el plazo del préstamo originalmente otorgado.
Con la aceleración de la inflación por encima de los salarios, y suponiendo que este año el IPC crece un 45% y los salarios 25%, una cuota que en enero representaba el 25% del salario, terminará representando el 28% en la cuota a pagar en diciembre.
Los créditos UVA arrancaron en 2016 y desde entonces hasta agosto de este año se otorgaron 135.000 préstamos.
Días a tras el Banco Central informó que la tasa de morosidad de los préstamos hipotecarios destinados a las familias tienen una tasa de incobrabilidad de apenas el 0,2%.