Terminando abril, el Gobierno definirá si habrá en mayo -y con qué modalidad- un nuevo pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el subsidio de $10.000 al que se inscribieron cerca de ocho millones de beneficiarios de asignaciones sociales, trabajadores informales y monotributistas.
En la Anses no quieren confirmar todavía la continuidad de la medida ni un eventual formato o universo de beneficiarios, tras las dificultades operativas que tuvo el pago del aporte que se decretó en abril, y que llevó a fijar un cronograma de pagos que se extenderá hasta julio.
Pero, según pudo saber LA NACION, la continuidad de la medida está sobre la mesa de la Casa Rosada y también en las previsiones que hace el Ministerio de Hacienda. "Estamos estudiando el impacto y lo definiremos en estos días. Todavía nos falta implementar lo de abril", dijo a LA NACION una alta fuente de la Casa Rosada. Otro colaborador del Gobierno apuntó: "El Presidente pidió asistir y la pandemia se está alargando . La lógica indica que hay que extender la ayuda, pero hay que evaluar cómo hacerlo".
Alberto Fernández tiene en claro que, por la parálisis de la actividad, la situación de los sectores más vulnerables es apremiante si no hay ayuda del Estado. Sobre todo en los barrios humildes del conurbano, donde la cuarentena se extenderá casi sin cambios.
Implementación
El pago extraordinario de $10.000 del IFE alcanzó a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), a los trabajadores informales y a los monotributistas sociales y de las categorías A y B.
Según un documento interno al que accedió LA NACION, en las proyecciones del Ministerio de Hacienda está prevista la continuidad de las medidas de ayuda económica por la pandemia. El Gobierno estima que podría volcar un paquete de asistencia económica equivalente a 5,6% del PBI entre abril y junio para amortiguar los efectos del coronavirus, el equivalente a 1,7 billones de pesos.
El paquete fiscal de políticas contempla, además del IFE, el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el pago de bonos extraordinarios. "Ese grupo de políticas insume cerca de 350.000 millones de pesos, lo que equivale a casi 1,2% del PBI. Ese valor es mensual, por lo que, en caso de repetirse estos programas durante tres meses, se estaría alcanzando un valor cercano a los 1,05 billones de pesos, o sea, 3,5% del PBI", dice el informe.
Desde la Anses, no quisieron apresurarse. "Todavía no está nada confirmado, se está evaluando todo", señalaron. Cerca del ministro de Trabajo, Claudio Moroni, el funcionario que tiene bajo su órbita el organismo previsional, señalaron: "Hay una posibilidad de continuar el IFE dado el contexto general y que la cuarentena va a continuar en mayo. Pero las medidas se actualizan día a día. De hecho, todavía estamos trabajando para cerrar abril".
En el Ministerio de Trabajo aún intentan sacar a flote la implementación del primer paquete de medidas que anunció el Gobierno para inyectar dinero en los bolsillos en el marco de la pandemia. El IFE se pagó de forma automática a los 2.389.764 beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, que ya estaban identificados por el Estado. Pero casi 6.000.000 de personas que ya optaron o que aún deben elegir un medio de pago (por cajero o por correo) tienen un cronograma de pagos que llegará hasta el 1° de julio.
Otro problema se presentó con las empresas que adhirieron al programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). El Gobierno advirtió ayer que 180.000 empresas no habían cargado el CBU de sus empleados para que el Estado cubra el 50% de los sueldos.
Respecto del IFE, Vanoli informó días atrás: "El DNU establecía un ingreso extraordinario por abril, con la posibilidad de extenderlo a mayo. El gabinete económico está estudiando distintas alternativas: mantenerlo, transformarlo, complementarlo con distintas iniciativas". Y agregó: "El Estado va a seguir haciendo esfuerzos, está bajo análisis cuáles son las mejores herramientas para tratar de llegar a los sectores que lo necesitan".