En medio de la fuerte corrida cambiaria, las expectativas netas de contratación de empleo privado tocaron en junio su peor nivel desde otra gran devaluación: la que emprendió sorpresivamente el exministro de Economía de Cristina Kirchner, Axel Kicillof, en 2014.

Según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), que elabora el Ministerio de Trabajo, la expectativa neta de empleo (la diferencia entre la proporción de empresas que esperan aumentar sus dotaciones y aquellas que esperan disminuirlas) fue de 1,1%. "Se observa una importante disminución con relación al mes pasado", dice el informe. En mayo tocaron el peor momento de la gestión de Mauricio Macri en el gobierno.

Para encontrar un parate tan significativo en estas expectativas (las decisiones de contratar) es preciso remontarse a febrero de 2014, cuando incluso aparecían levemente por debajo del 1%. Sólo en enero de ese año, Kicillof devaluó más del 20% la moneda, lo que provocó un freno de las decisiones empresarias, entre ellas las expectativas de contratación de empleo privado. En la actualidad, el dólar ya lleva una apreciación de cerca de 60% desde diciembre pasado.

"Las expectativas muestran un retroceso importante. Las consultas se hicieron a comienzos de julio, o sea el peor momento del brusco movimiento relacionado al mercado cambiario", explicó José Anchorena, el hombre a cargo de las estadísticas del Ministerio de Trabajo.

Otro dato que generó preocupación es el freno que mostraron los datos de mayo en el empleo en la construcción, el sector que fue el motor de la recuperación hasta fin de año pasado. "Hay una frenazo en la construcción", reconoció Anchorena en la clásica reunión con periodistas a fin de cada mes. La construcción muestra una desaceleración desde enero pasado, pero abril ya había reflejado una caída de 0,5% de trabajadores. Mayo fue superior: llegó a -1,6%.

Los agregados del empleo total y del empleo registrado privado se mostraron estables, pero con datos levemente negativos. Los trabajadores registrados del sector privado fueron 5900 menos en mayo (-0,1%) frente a abril. Los empleados totales (incluye independientes privados y públicos) mostraron una caída desestacionalizada de -0,1% (16.000 trabajadores menos). Los dos datos interanuales continúan mostraron números positivos gracias al arrastre.

Anchorena prefirió no hacer proyecciones para fin de año por "la incertidumbre y volatilidad" que actualmente hay en la economía. Ayer, el Indec informó que la actividad cayó 5,8% en mayo, la peor caída de la actividad desde 2009. Impactaron la sequía y el crisis cambiaria. "Si hay una estabilización de la macro, algo que comenzó a verse hace tres semanas, y hacia fin de año la economía se estabiliza lo que veo es estabilidad. Pero las expectativas son un alerta", dijo.

Fuente: La Gaceta