El gobierno de Mauricio Macri autorizará para diciembre un incremento del 5% del impuesto a los combustibles, por lo que no aplicará por completo la suba impositiva para no sumar más presión a los precios en los surtidores, con lo cual el proceso de actualización quedará para el próximo gobierno.

De esta manera, si se concreta un aumento impositivo del 5% a partir del 1 de diciembre, le quedará al próximo gobierno decidir cómo aplicar el 15% restante acumulado durante 2019. La suba fue confirmada por fuentes del Palacio de Hacienda y la Secretaría de Energía, al explicar que la decisión será motivo de una resolución de la Secretaría de Ingresos Públicos que se dará a conocer antes de fin de mes, y que no aplicará el total acumulado como se interpretó del decreto 753, de comienzos de noviembre.

Para comienzos de diciembre se anticipa que las petroleras aplicarán un nuevo incremento en sus precios en las estaciones de servicio de todo el país, en procura de reducir el atraso que estiman en torno del 10% respecto de la paridad de importación, aumento que deberá contemplar el efecto impositivo. El Gobierno nacional a lo largo del año decidió, en distintas oportunidades, postergar o aplicar parcialmente los incrementos del impuesto de cálculo trimestral y que toma como referencia la variación del Índice de Precios al Consumidor, lo que generó un atraso estimado en un 20%.

La decisión de un aumento parcial se da en momentos en que el sector de combustibles atraviesa por un proceso de incremento de precios, tras el descongelamiento iniciado el 14 de noviembre y que motivó un aumento de todas las petroleras del 5% para todos sus productos en surtidor. Ese proceso ya se había iniciado en el congelamiento con la autorización de dos subas: de 4% en septiembre y de 5% a comienzos de noviembre.

La reforma tributaria de diciembre de 2017, cuyos cambios se hicieron efectivos a partir de marzo de 2018, introdujo modificaciones en los impuestos específicos a los combustibles, con el objetivo de aislarlos de la evolución del precio del petróleo y de las variaciones del tipo de cambio. En la Secretaría de Energía se destaca que esa modificación convirtió a los impuestos en un “amortiguador”, que permite alisar las subas o caídas de estas dos variables, suavizándolas en el tiempo.

La reforma eliminó la Tasa Hídrica (sobre las naftas) y la Tasa Vial (sobre el gasoil); e incorporó el impuesto al CO2, que al igual que el Impuesto a los Combustibles Líquidos pasaron a ser una suma fija, actualizada trimestralmente por el Índice de Precios al consumidor.