El ministerio de Economía volverá a colocar hoy, por segunda vez en menos de dos meses, deuda en dólares. La colocación de dos títulos que vencen en 2030 y 2035 por un total de USD 750 millones volvió a desatar varios frentes polémicos. En primer lugar, se trata de una emisión en moneda extranjera, luego de fuertes críticas al Gobierno anterior del ministro de Economía, Martín Guzmán, por haberse endeudado en dólares. Además, permite a fondos extranjeros que dolaricen tenencias de bonos emitidos en pesos y a tasa fija. Y por último, se trata de deuda que en el mercado tiene un rendimiento del 16% anual, una tasa excesiva que termina siendo convalidada por el equipo económico.
No es menos llamativo que estas emisiones ocurran a tan poco tiempo de haber finalizado la renegociación de la deuda. Sin embargo, la necesidad de hacer frente al déficit fiscal y las limitaciones para emitir deuda en pesos no le dejaron otro camino al ministro de Economía que volver a colocar títulos en dólares. Contando esta segunda emisión, habrán emitido nuevos bonos en moneda dura por USD 1.500 millones en un corto período de tiempo.
¿Qué hay detrás de esta emisión en dólares? Los destinatarios son fondos extranjeros que en su momento compraron deuda en pesos, en buena parte de los casos a una tasa de interés fija. Fue durante el corto período de idilio de los mercados con el gobierno de Mauricio Macri, cuando muchos inversores apostaron a que la inflación podría bajar. Esto, en caso de haberse producido, hubiera generado importantes ganancias en moneda dura. Pero sucedió todo lo contrario y las pérdidas fueron millonarias, no sólo porque subió la inflación sino que además se disparó el tipo de cambio.
La segunda emisión de bonos en dólares en corto tiempo tiene como objetivo primario amortiguar la presión que ejercerían sobre el mercado cambiario algunos fondos de inversión extranjeros que buscan dolarizar sus tenencias en pesos. El Gobierno opta por el mal menor, que es colocar deuda a una elevada tasa de interés
“A estos fondos no les interesa la economía real, sólo efectuar ganancias financieras. Entraron durante el gobierno anterior pero ahora se quieren ir. Quedaron atrapados en la Argentina y ahora presionan para salir”, fue la explicación brindada por Guzmán. La mayoría de estos fondos además participaron en el canje de deuda de bonos en dólares, como el caso de Pimco, Templeton y BlackRock. De esta manera, le achaca la principal responsabilidad al gobierno anterior.
Guzmán niega además que para el Estado la emisión de estos bonos tenga un costo del 16% anual en dólares, pese a que efectivamente se trata del rendimiento de estos títulos. Toma como base de cálculo para justificarlo el tipo de cambio oficial, lo que reduce el costo a menos de 6% anual en dólares, pero si se toma como base de comparación el dólar financiero la ecuación es totalmente distinta. “No estamos emitiendo bonos en dólares, sino que realizamos una operación de canje. En este caso, bonos en pesos que se transforman en títulos en dólares. La tasa de interés implícita en la subasta que realizamos no es del 16%, sino de 5,63% anual para el bono al 2030”, aseguró el ministro al ser consultado por este tema.
El canje de deuda en pesos por nuevos bonos en dólares busca reducir la presión que podrían ejercer estos inversores, buscando una salida a su inversión en moneda local a través de la compra de divisas, pasando por el mercado conocido como “contado con liquidación”. En otras palabras, de no procederse con estas colocaciones en moneda local habría fuerte presión alcista sobre el dólar financiero.
Guzmán niega que para el Estado la emisión de estos bonos tenga un costo del 16% anual en dólares, pese a que efectivamente se trata del rendimiento de estos títulos. Toma como base de cálculo para justificarlo el tipo de cambio oficial, lo que reduce el costo a menos de 6 por ciento
Estos fondos recibirán una promesa de pago futuro en dólares a una elevada tasa de interés en vez de salir a través del mercado financiero. La “zanahoria” es que la conversión de esos títulos en pesos por otros dolarizados se realiza a través del tipo de cambio oficial. En otras palabras, pueden comprar más “promesa” de dólares que si decidieran asegurarse las divisas hoy a través del mercado bursátil.
Por otra parte, la emisión de bonos en dólares se vuelve una herramienta casi inevitable ante la necesidad de colocación millonaria de deuda que debe realizar el Gobierno. Al tomarse la decisión de que sólo una parte del déficit fiscal sea cubierto con emisión monetaria, el resto depende de lo que consiga el Tesoro vía endeudamiento. No es extraño, ante esta situación, que se hayan emitido títulos en pesos ajustados por tasa de interés, pero también dollar linked y ahora ajustados según la evolución de la inflación.
El déficit fiscal estimado para diciembre se acerca a los $ 400.000 millones (es el más alto del año), que requerirán tanto emisión monetaria como colocación de deuda. El panorama del primer semestre del 2021 es también desafiante. Según la consultora económica Invecq, el rojo fiscal hasta junio sumará unos $ 760.000 millones y otro tanto corresponde a vencimientos de deuda, por lo que el Gobierno deberá asegurarse el financiamiento vía emisión o endeudamiento de nada menos que 1,5 billones de pesos.