Alejandro y su esposa celebraron el lanzamiento de Procrear, un crédito que les permitía cumplir el sueño de tener su propia casa. Aprovechando que ambos tenían sus sueldos blanqueados postularon y golpe de suerte llegó en el sorteo. La felicidad los abrazó en noviembre de 2017 con la entrega de la llave, pero en febrero el telegrama de despido materializó todos sus miedos.
“Me gustaría que todos se enteren porqué estamos reclamando y pidiendo ayuda”, dijo Alejandro a InformateSalta. “Hace un año nos entregaron el departamento, tiene dos habitaciones, ese es nuestro hogar”.
La cuota inicial fueron 6600 pesos, algo que el matrimonio padre de una niña podía pagar cómodamente; pero la llegada de un telegrama de despido a tan solo tres meses de entregado el departamento los llenó de miedo e incertidumbre, Alejandro fue despedido.
“Yo era mozo y quedarme sin mi empleo fue terrible, devastador, aún así buscamos ser positivos. Viviendo solo con el sueldo de mi señora nos dimos vueltas algunos meses, pero actualmente pagamos una cuota de casi 12.000 pesos y casi imposible de afrontar”, sostuvo.
La crisis económica y la caída del empleo se ensañan con Alejandro que hasta la fecha no consigue trabajo, “busqué en todos los rubros pero no me contratan, es desesperante”, asegura. “Actualmente con el sueldo de mi señora pagamos el crédito y un poco de comida, nada más”.
Tuvieron que resignar muchas cosas para poder cumplir con ese compromiso y también por el miedo a que el banco les arrebate el sueño. “Nos endeudamos con otras cosas, servicios, el colegio de nuestra hija, todo para seguir cumpliendo. Existe la intención de pago pero la realidad es que no nos alcanza”.
La decisión de sacar a los niños de sus colegios y llevarlos a la escuela pública es algo que tuvieron que hacer muchas familias para seguir sosteniendo los incrementos de las cuotas, que en 15 meses aumentaron más del 50%.
“Pedimos la ayuda porque no vamos a poder seguir así de por vida, el crédito es a 30 años, si esto sigue así no podemos imaginar lo que vamos a terminar pagando”.Tanto él como su familia creen que una buena solución es la de que el índice de actualización sea a partir de los incrementos salariales y no de acuerdo a la inflación.