Si hay un sector que resulta el principal perdedor de la crisis cambiaria es el de los asalariados. Durante la primera mitad de 2018, el salario real de la economía se redujo en promedio 1% interanual. Según la consultora Ecolatina, esta dinámica se explica por la pérdida de 1% de empleados privados registrados y 2,4% interanual en los trabajadores del sector público.
“El salto de 35% del tipo de cambio en agosto va a acelerar la inflación en lo que queda del año, reforzando el reclamo de reapertura de paritarias de los trabajadores para evitar que sus ingresos queden muy rezagados frente a alza de precios”, señaló el informe de la consultora y aclaró que “sin embargo, la profundización de la recesión moderará la demanda de ajuste salarial de los trabajadores privados (registrados e informales) producto de un creciente temor al desempleo”. Por su parte, según la consultora fundada por Roberto Lavagna, el endurecimiento de la meta fiscal (que llegaría al equilibrio primario en 2019) y la transferencia de varios gastos a provincias y municipios acotan significativamente el margen de negociación de los empleados públicos.
¿Hay luz al final del túnel?
“Sin reapertura generalizada de paritarias, el salario real podría caer en promedio más de 12% interanual en el segundo semestre”, indicó el informe y agregó que “dicha contracción del poder adquisitivo sería muy nociva para el consumo interno, acrecentaría la conflictividad social y minaría la imagen pública del Gobierno”. Por eso, dice, “el Ejecutivo tiene incentivos para apoyar la reapertura de las paritarias”.
De todas formas, los aumentos llegarían recién en el cuarto trimestre luego de que la suba de precios acumule cerca de 13% en el período julio-septiembre, y la contracción del salario real sería igualmente significativa. Pese a los ingresos adicionales conseguidos (sumas fijas, aumentos o adelantamiento de subas), el salario real de los trabajadores formales caería en promedio 10% interanual durante la segunda mitad de 2018. De esa forma, en 2018, el salario real registrado cedería en promedio 6% respecto de 2017. La contracción estaría liderada por los empleados públicos con una merma de 8%, seguida de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores privados registrados que rondaría 4,5% interanual. “Los ingresos laborales de los trabajadores informales, sector más sensible a los vaivenes económicos, sufrirán en mayor medida la recesión ya que la misma destruirá puestos de trabajo limitando sensiblemente su poder de negociación”, explicó Ecolatina.
Pero además, en el panorama de 2019 también es difícil que se logre revertir esta dinámica. “La ambiciosa meta de equilibrio fiscal recientemente anunciada para 2019 presionará la inflación vía recortes de subsidios económicos y contendrá los aumentos salariales de los trabajadores públicos”, indicó el informe y proyectó que “no prevemos mayor dinamismo de la demanda interna, lo que le pondrá un techo a la capacidad de recomposición salarial del sector privado”.
Ecolatina concluyó: “Pese a que podrían esperarse algunos incrementos reales en el segundo semestre de 2019 (la inflación iría cediendo si no se vuelve a disparar el dólar), de todos modos en el año habría una leve merma; si estas proyecciones se cumplen, el salario real formal se ubicaría 9% por debajo de las elecciones de 2015”.
Las acciones
Según Martín Alfie (Radar) resulta necesario, ante tamaña pérdida de poder adquisitivo, una política de ingresos. “Mecanismos compensadores desde lo fiscal a los sectores más vulnerables son necesarios, el 0,2% del FMI queda corto y hay que buscar ampliarlo”, dijo.
Matías Rajnerman (Ecolatina) explicó, en sintonía, que “es necesaria una política de ingresos, pero el ajuste fiscal en el marco del déficit fiscal primario cero mantiene atado de manos al Gobierno”. La pregunta, para él, es si es viable socialmente y políticamente una caída tan fuerte del salario real.
Al respecto de un posible aumento de la Inversión Extranjera Directa (IED) ante la caída del salario (potenciado en la comparación en dólares), Alfie duda de que esa variable sea un factor de atracción. “Además, no hay una trayectoria clara de salarios en dólares con respecto al tipo de cambio real y la IED se define con horizontes de medio y largo plazos”, concluyó el economista en jefe de Radar.
“A juzgar por los sectores que vienen liderando la IED (minería y agro), que no son sectores mano de obra intensivos, no habría un impacto significativo”, opinó Rajnerman, señalando que hay otros países que se basan más en explotaciones de mano de obra intensiva como México donde el efecto sería distinto. “Además, las proyecciones sobre el tipo de cambio real son muy volátiles como para incentivar a la IED”, concluyó el economista de Ecolatina.