La canasta básica total (CBT), que se utiliza para determinar el límite de pobreza, aumentó un 4,3% en febrero, por sobre la inflación promedio del país en ese mes, del 3,8%, según el Indec. Así, un hogar promedio necesitó $ 27.570 para no ser clasificado como pobre en las estadísticas nacionales.
El número es $ 9.700 más que hace un año y apenas $ 7.000 menos que el salario promedio de la economía.
En tanto, la canasta básica alimentaria (CBA), que define el umbral de indigencia de la población, subió un 5,1%.
En términos interanuales, la CBT subió un 57,2% y la CBA un 59,1%. Ambas canastas aumentaron muy por encima del 51,3% que arrojó el IPC de febrero en el cálculo de los últimos 12 meses.
Así, la CBT aumentó a $ 27.570 para un hogar promedio; mientras que la canasta total subió a $11.117, para una casa integrada por dos adultos y dos menores, y es el ingreso mínimo que requiere una familia para dejar de ser indigente.