Después de 16 semanas y tres días sin clases presenciales por la pandemia, Salta entró en su receso invernal hasta el próximo 24, cerrando así la primera mitad "atípica" del año escolar. El COVID- 19 trastocó todos los ámbitos de la vida en el mundo entero, entre ellos el educativo.
Directores y docentes salteños compartieron con El Tribuno su testimonio sobre cómo la falta de acceso a tecnología o internet dificultó la llegada al ciento por ciento de los alumnos, y el desconocimiento de las herramientas tecnológicas de los mismos docentes también es marcado. Los consultados coinciden que fueron meses difíciles, un desafío día a día que continuará en el retorno porque en caso de que se vuelva a las aulas en agosto, solo lo harían séptimo grado y quinto año y el resto seguirá con la educación virtual.
El profesor Ricardo Rojas, de la Escuela de Educación Técnica 3.117 Maestro Daniel Oscar Reyes, de barrio San Remo, se sinceró: "No hay una respuesta total de los chicos, he llegado a tener un 90 por ciento en mis clases y después de que el ministro de Educación dijera que no se iba a calificar tuve un bajón en ellos". Ni lerdos ni perezosos, muchos estudiantes enseguida concluyeron que si no se los calificaba no tenía sentido presentar los trabajos prácticos; al profe Rojas le implicó un gran esfuerzo hacerles entender que si bien no se pondría nota numérica, "sí se los evaluaba". Más allá de la explicación, fue un "declive" que le hizo perder el control de algunos alumnos. Trabajó con Classroom, WhatsApp, Zoom, Meet y cartillas impresas.
Para Zaira Arroz, directora del comercial 5.082 Dr. Adolfo Gemes, se evidenció en este tiempo la soledad de las instituciones y la falta de políticas educativas frente a la problemática que se atraviesa. "Se limitaron a pedirte informes, hacerte llenar encuestas, a exigirte cosas pero no hubo ningún tipo de contención frente a todo lo que las escuelas podían estar viviendo, por ejemplo, tengo cuatro docentes del turno tarde y uno del vespertino que no hicieron nada, no trabajaron con los chicos", señaló.
Arroz recordó que hace años los directivos perdieron la facultad de poner orden ante la falta de trabajo de un docente. Solo pueden hacer un llamado de atención, pero este no tienen ningún efecto y si llegan a denunciar reciben una contradenuncia por persecución laboral.
La directora contó que en el turno tarde la conectividad llegó casi a un 80 por ciento a través de aulas virtuales, Zoom y WhatsApp; sin embargo, en el turno vespertino la respuesta de los alumnos disminuye al 50 por ciento. "Son chicos mayores que tienen menos posibilidades de conectividad, tienen celulares pero no buen internet o no tienen un buen dispositivo", señaló. Allí se cerró el primer trimestre simbólicamente con libretas virtuales para comunicar a las casas la situación de los chicos, si cumplimentó o no cumplimentó.
La directora María Cáceres de la escuela 4.663 María del Rosario de San Nicolás, del paraje Pizcuno (a 45 kilómetros de San Antonio de los Cobres) señaló: "Fue difícil llegar a los chicos, porque allá las familias no tienen ni siquiera celular, no hay internet. Nosotros la virtualidad mucho no la vivimos, trabajamos con cartillas impresas, llamada común, mensajes de texto, los niños de mi escuela tienen que subirse al cerro y buscar señal para poder comunicarse conmigo y sacarse las dudas".
En Pizcuno la pandemia sorprendió a la maestra y sus 20 alumnos en el tercer trimestre, dado que son régimen de verano. Si bien llegó a dar casi todo el contenido, Educación le comunicó que del 3 al 20 de agosto tendría que recuperar con séptimo.
Por su parte, la docente Cintia Vuistaz, de la escuela rural San Isidro Labrador de Tartagal, concluyó: "Terminamos mal esta etapa, muy estresadas, ansiosas todavía y la incertidumbre de no saber cómo llegamos a cada uno de los niños".
Dijo que fue un gran desafío para el que no estaban preparados docentes ni familias. "La educación a distancia se basa mucho en tener conectividad, dispositivos y es lo que a nosotros no nos pasa, ahí hablo de las diferentes realidades sociales, cada uno salió como pudo", expresó. En su caso, le resultó más manejarse con plataforma, WhatsApp y cartillas.
El ex director general de Educación Superior y docente del Profesorado de la ex-
Normal Enrique Jáureguis indicó: "La irrupción de lo virtual en la escuela desnudó una realidad: la desigualdad socioeconómica entre los alumnos que disponen de recursos tecnológicos y los que no". Ya sea por carencia económica que les impide comprar una computadora, un celular, pagar internet o porque hay lugares geográficos donde no llega conectividad alguna.
"Para avanzar en la innovación tecnológica es necesario que se implementen políticas públicas que doten de tal recurso a todas las unidades educativas, caso contrario rápidamente volveremos a la tiza y al papel", sentenció, destacando que lo que no se había logrado en años con las herramientas tecnológicas se impuso en semanas.