En medio del reclamo salarial y el paro de actividades en las universidades públicas del país que ya lleva cuatro semanas, un grupo de estudiantes y un docente de la UNSa de Tartagal se presentaron en la agencia de El Tribuno y aseguraron: "El 70 por ciento de los docentes que vienen a Tartagal no cumplen ni por cerca con el dictado de las horas cátedra por las que cobran, sea dedicación exclusiva, semiexclusiva o simple".
Para formular una denuncia tan grave, 8 alumnos -seis varones y dos mujeres- que cursan la carrera de Ingeniería en Perforación en diferentes años, acompañados del docente geólogo Walter Ovejero, se presentaron en El Tribuno el sábado. Los alumnos expusieron con lujo de detalles la situación que se vive en UNSa Tartagal, dieron su testimonio grabado y se identificaron, pero pidieron encarecidamente que sus nombres no sean publicados.
"Tenemos miedo, no me da vergenza reconocerlo -expresó una de las jóvenes estudiantes- porque cuando se enteren que somos nosotros nos van a perseguir y nunca nos vamos a poder recibir, será muy difícil aprobar una materia más", aseguró la joven.
Otro chico que cursa materias de tercer año de la carrera, por su parte expresó que "si bien la situación es conocida en Tartagal desde hace años y por todos los que concurren a la UNSa, es muy diferente exponer la situación ante los medios de comunicación. Pero lo hacemos por nosotros, por nuestros compañeros y sobre todo por la universidad, porque a consecuencia de esta situación, estamos perdiendo nivel académico de una manera preocupante. Hay docentes que son de excelencia y en vez de cumplir las 40 horas semanales que indica la dedicación exclusiva, vienen una vez al mes. Eso atenta contra nuestra formación académica y contra nuestra condición de alumnos de una casa de altos estudios; hemos elegido una carrera pesada, que requiere de toda nuestra responsabilidad pero también del compromiso del docente que, lamentablemente, en muchos casos no existe".
Otro de los alumnos expuso que "hemos acompañado la marcha que se realizó la semana anterior, porque no podemos generalizar; no todos los docentes son iguales, pero sobre todo lo hemos hecho en defensa de la universidad pública. Somos estudiantes que no tenemos otras posibilidades económicas y queremos ser profesionales para mejorar nuestros ingresos, nuestro nivel de vida. Pero queremos que la UNSa se sincere con nosotros y sobre todo, que los docentes cumplan con el dictado de clases, acorde a lo que la universidad les abona, no acorde a su comodidad personal".
Un docente reside en Buenos Aires
Los alumnos coincidieron en nombrar a un docente de dedicación exclusiva a quien lo calificaron como "un capo, como decimos nosotros, que dicta la materia Perforaciones 3 y 4, básicas en la carrera; sabe un montón, es una eminencia pero vive en Buenos Aires y una o dos veces al mes "nos dicta clases" por teleconferencia desde su casa. A él no le interesa si a la hora que quiere comunicarse tenemos clases de otras materias o estamos trabajando; hay que escucharlo a él porque si no, el que pierde es el alumno. Pero en una materia tan importante de la carrera es muy difícil tomar una clase con esa modalidad, porque no está planteada para ser dictada a distancia".
La materia en cuestión se complementa con las clases prácticas, pero a consecuencia de que el docente no viene a Tartagal en meses "la práctica va por un lado y la teoría por el otro, por esa falta de comunicación que él mismo tiene y porque está muy lejos, básicamente. Así que lo que aprendemos es realmente muy poco y fragmentado", explicaron.
Otro caso complicado
Otra de las asignaturas que para los alumnos se presenta con un sinnúmero de dificultades es Petrografía. "Tenemos clases solamente dos viernes de los 4 o 5 que correspondan a cada mes. Si una de las clases cae feriado tenemos una sola al mes, por lo que cuando el profesor que viene de Salta quiere ponerse al día, nos tiene desde la mañana hasta las 8 de la noche y al final del día no entendemos nada".
Los estudiantes mencionaron a otro docente "a quien en la marcha le pedimos que nos dé una mano porque en dos semanas tenemos que rendir un parcial. Nos dijo que no podía porque está adherido al paro, pero que el parcial sí o sí lo toma y que veamos cómo hacíamos porque él lo único que podía hacer era entregarnos material para que estudiemos, pero que no esperemos clases de apoyo ni de consulta".
Otro joven agregó que "ese problema no se da solo en el dictado de clases sino a la hora de que se tomen los exámenes que por esta forma de trabajar de muchos docentes, se nos amontonan y resulta muy perjudicial para todos nosotros".
Las becas de YPF
Otra de las alumnas refirió que "otro tema totalmente injusto es el de la entrega de las becas de YPF. Nunca un alumno que no comulgue políticamente con la conducción de la sede pudo acceder a ese beneficio cuando todos los que vamos a estudiar, las necesitamos. Es tan arbitrario todo que en mi caso sé que nunca voy a acceder a una beca porque saben que milito en una línea opositora. Las becas, antes de ser entregadas, deberían ser materia de análisis del Consejo Asesor que debería reunirse y definir en base al rendimiento académico a quienes se le entregan. Pero nada de eso sucede porque es una profesora (una ingeniera) la que decide quien la recibe y quien no", aseguró la joven, con lo que el resto de los chicos coincidió.
"Las becas", como los alumnos la identifican, no se trata de una ayuda económica como pasantes; es en realidad el beneficio que la empresa YPF, en base a un convenio suscripto con la sede Tartagal de la UNSa, otorga para que a 4 o 5 estudiantes avanzados de la carrera -que adeudan una o dos materias o la tesis final- realicen el curso de Company Man, que los habilita a ingresar directamente en la petrolera.
"Como muchos profesores vienen un día a la semana y nos dan clases maratónicas que empiezan a las 8 de la mañana y terminan a las 6 de la tarde hemos reclamado muchas veces en la dirección y siempre nos dicen que ya van a ver de solucionar pero nunca se han tomado medidas. Esto sucede hace muchos años pero en los últimos tiempos ya es demasiado; no podemos tomar clases de 8 horas seguidas porque muchos trabajamos".
Fuente: El Tribuno