El reclamo docente que movilizó a miles de trabajadores de la educación en todo el país puso en evidencia las serias dificultades que atraviesan a la hora de ejercer la docencia.
Sueldos que no alcanzan, sobrecarga horaria, familias que mantener, aulas sobrepobladas y falta de presupuesto para infraestructura son solo algunos de los puntos que sobresalen a partir del paro docente de hoy.
Como si esto fuese poco la constante exigencia en cuanto a capacitaciones y perfeccionamiento forman parte de las preocupaciones de los cientos de docentes salteños que decidieron salir a las calles para hacerse escuchar. “Nos exigen cada vez más, un título de perfeccionamiento y cómo vamos a pagar un perfeccionamiento cuando apenas llego a pagar las deudas, no alcanza ni trabajando doble turno”, indicó a LA GACETA Inés, quien trabaja en la escuela Palacios de barrio Ciudad del Milagro.
En el mismo sentido, otra docente de la escuela Urquiza comentó: “trabajamos mucho, nos perfeccionamos mucho, no es solamente las cuatro horas que estamos en la escuela, son horas en la casa de planificar, de ordenar, son fines de semana haciendo cursos sábados o domingos. Se valora muy poco el trabajo docente”.
Vanina Cruz marchó con un mensaje para el gobernador. Foto LA GACETA
Por su parte, Vanina Cruz quien ejerce la docencia en un colegio secundario y en un B.S.P.A. contó: “solamente nuestras familias saben cómo es el trabajo día a día, trabajamos en la casa, trabajamos en el colegio, trabajamos en los espacios que tenemos para nosotras, en espacios públicos, nos sentamos en una plaza, nos sentamos en un banco, hacemos lectura, preparamos material, estamos en el colectivo revisando qué cosas nuevas vamos a dar para nuestros alumnos”.
Elizabeth trabaja en la escuela Clara Saravia Linares de Arias, en la zona sur de la capital salteña, y ejerce la docencia desde hace 28 años. Trabajó en escuelas del interior y de la capital.
“Hay que dignificar la imagen del docente que lucha tanto” afirmó Elizabeth, quien también contó que trabajar en el interior desde la docencia es duro y que “realmente los maestros ponen el alma, el corazón, sufren mucho y no son valorados”.
El reclamo de docentes de Santa Victoria Oeste. Foto LA GACETA
Quien también sabe de la dureza de trabajar en el interior provincial es Secundino Aguirre, que pasó varios de sus 15 años de docencia trabajando en Alto La Sierra y desde hace un tiempo trabaja en Luracatao, en el departamento de Molinos.
“Estamos en un lugar un poco alejado, tenemos muchas necesidades, es poco presupuesto que nos pasan para darle de comer a los chicos. Por eso marchamos y por eso reclamamos”, expresó el docente.
Luego hizo hincapié en que “la única forma de que escuchen nuestro reclamo es la unidad de los docentes sin banderas políticas ni intereses personales”.
Uno de los que encabezó el reclamo fue Ignacio Boasso, quien comentó que “una maestra cuando arranca sus haberes no alcanza a cubrir un 70% del valor de la canasta familiar y, como está estructurado el salario, una maestra debe trabajar más de 20 años para que la antigüedad le permita superar la línea de la pobreza”.
Elizabeth marchó junto a sus compañeras de la escuela Clara Saravia Linares de Arias. Foto LA GACETA
Además agregó que: “eso explica cómo el 70% de los trabajadores de la docencia salteña está por debajo de la línea de la pobreza y todo esto se debe a la connivencia de este gobierno con la corrupta burocracia sindical de ADP y compañía que nos han venido entregando año tras año”.
Sobre estas cifras, Vanina Cruz comentó que le parecen “totalmente insuficiente no solo para los profesionales de la educación sino para todas las personas que necesitamos vivir una vida digna con un salario digno”. En el mismo sentido Elizabeth indicó que el ofrecimiento del gobierno “no llega ni siquiera al mínimo de lo que la inflación que nos va comiendo día a día. La canasta familiar aumenta y los docentes vamos sintiendo el peso de la inflación en los bolsillos, más aquellos docentes que tienen a su cargo familias, hay muchos docentes que son el sostén de la familia”.
Secundino Aguirre llegó desde Luracatao para marchar. Foto LA GACETA
En definitiva estas fueron las razones que llevaron a realizar el paro a los docentes que decidieron ocupar las calles y no las aulas. “Me genera impotencia de no saber ya cómo reclamar por los derechos no solo de los docentes sino también de los chicos porque no solo pedimos un salario digno sino también más equipamientos para los colegios más profesionales psicopedagogos psicólogos, es un conjunto de muchas cosas” dijo una de las docentes.
Boasso calificó esta circunstancia como una “sensación de indefensión”, mientras que Inés expresó que “no es una lucha antojadiza, es el gobierno el que tiene que ver las soluciones”.
Finalmente Elizabeth concluyó: “queremos volver a trabajar pero también queremos un salario digno como nos merecemos”.