Que ni el frío ni el paro impidan a los chicos de ir a la escuela. Que la bandera flamee alto, como cada jornada, aunque nieve, o haga calor.
Porque es un derecho de todos los chicos, el de aprender, el de educarse por un futuro mejor, vivan en la ciudad, en la Puna, en los Valles o en el punto más alejado de Salta. Sólo con educación se puede aspirar a una sociedad mejor y más preparada para los desafíos que se vienen.
No es habitual ver en Salta paisajes cubiertos de nieve, pero este frío invierno viene dejando postales increíbles, como las que se pueden ver en la escuela 4.778, de paraje San Juancito, en Santa Victoria Oeste, donde las actividades son normales a pesar de las bajísimas temperaturas.