Raúl Reynoso, acompañado de una mujer y sin aparente custodia policial, se acercó a votar en la mesa 1030 de la escuela Justo José de Urquiza. Al ser consultado por los medios sobre su presencia en el establecimiento indicó que se encontraba autorizado a sufragar y abandonó el lugar rápidamente sin dar más explicaciones.
Si bien la situación generó polémica en Salta, Nuevo Diario pudo acceder al expediente y confirmar que el juez a cargo de la causa autorizó a Reynoso a concurrir a ejercer el derecho al voto, dentro del margen horario de 8 a 10 horas.
En marzo de 2.019, luego de dos años de espera, Reynoso fue condenado a 13 años de prisión de prisión efectiva por liderar una asociación ilícita para favorecer a narcotraficantes con resoluciones judiciales.
También fue inhabilitado para ejercer como magistrado durante 35 años y a pagar $90.000.
En marzo de 2.020, por el inicio de la pandemia por Covid 19, en carácter provisorio, Reynoso obtuvo permiso para cumplir con su pena bajo la modalidad de arresto domiciliario por problemas de salud.
Luego, en junio de ese año el fiscal general Carlos Amad pidió que se le revoque la prisión domiciliaria que gozaba y entre los argumentos estaba el peligro de fuga.
En mayo del 2.022, el Tribunal Federal 1 de Orán, Salta, integrado por los jueces Carlos Jiménez Montillas, Gabriel Casas y Federico Díaz, le otorgó la prisión domiciliaria al ex juez federal.
Al solicitar, por segunda vez el beneficio de la prisión domiciliario Reynoso, quien padece un cuadro de Diabetes, grado II e Hipertensión Arterial, alegó “razones de trato igualitario, humanitario y digno”.
Refirió además que el encierro “lo afecta no sólo en su salud física, mental y espiritual, sino también afecta la situación de salud de su cónyuge”.