El candidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, convocó esta noche a construir “una nueva mayoría” de cara a las elecciones generales de octubre, y buscó polarizar con el libertario Javier Milei, que ganó las PASO, y Patricia Bullrich, que se impuso en la interna de Juntos por el Cambio frente a Horacio Rodríguez Larreta. El ministro/candidato obtuvo cerca de 22% de los votos, quedó como el segundo más votado en términos individuales, pero en tercer lugar como fuerza política.
“Animémonos como fuerza política a convocar a la construcción de una nueva mayoría. Así como en algún momento con la transversalidad Néstor (Kirchner) planteó la necesidad de abrazar a radicales, a sectores del campo popular, vayamos a convocar a todos aquellos que representan una idea de país mucho más amplia”, afirmó Massa en el discurso que pronunció en el Complejo C, donde la coalición oficialista esperó los resultados de las PASO.
Fue el discurso más breve de todos los que se escucharon en el predio del barrio porteño de Chacarita. El ministro de Economía habló después de Juan Grabois (su rival en la primaria, que obtuvo algo más del 5% de los votos), del precandidato a jefe de gobierno porteño de UP, Leandro Santoro, y del gobernador Axel Kicillof, que se impuso en la provincia de Buenos Aires y fue uno de los pocos que pudo festejar en una jornada con pocos motivos de celebración.
Los números, lejos de lo que esperaban hasta la semana pasada en Bartolomé Mitre al 300 y en el entorno de Massa, generaron un fuerte impacto. Durante todo el día llegaban reportes, algunos bocas de urnas e informaciones de que se estaba gestando una ola de votos libertarios imparable. Se lo adjudicaban a la suba del dólar de la última quincena y los casos de inseguridad que agitaron el sentimiento de bronca contra de todos del electorado.
Las caras que se vieron en el escenario mostraban lo que había pasado durante toda la jornada. Estuvieron además de los mencionados dirigentes, en una punta, el líder de La Cámpora, diputado y también candidato, Máximo Kirchner, la senadora Juliana Di Tullio, Cecilia Moreau y Victoria Tolosa. Faltaron la vicepresidenta Cristina Kirchner, que se quedó en Río Gallegos, y el presidente Alberto Fernández, que decidió seguir las alternativas de las PASO desde la Quinta de Olivos.
Massa expresó en su discurso lo que diversas fuentes fueron transmitiendo durante la tarde del domingo, cuando empezaban a llegar los resultados de las provincias y las mesas exponían una inesperada ola libertaria. Para los estrategas más cercanos al ministro/candidato, los resultados de las elecciones no sólo expresaron un fuerte rechazo a la situación económica, sino también una crítica a la clase política en general. “Hay una nueva oposición que la encarna Milei y que tiene que ser enfrentada con una nueva mayoría”, expresaron en diálogo con Infobae fuentes de UP.
Después, en el discurso, Massa confirmó esta idea y agregó: “Tenemos que comprometernos a que el próximo gobierno no sea solamente de unidad de una coalición, sino de unidad nacional, convocando a aquellos que entiendan que resolver el problema con el Fondo, resolver las dificultades de nuestras exportaciones e importaciones, y construir un país con más motores de la economía, es fundamental”. “Quiero decirle a cada uno de ustedes, a cada simpatizante de Unión por la Patria, a cada argentino independiente que quiere vivir en un país con un modelo de desarrollo e inclusión que vamos a dejar hasta nuestra última gota de transpiración para ganar en octubre, ganar en noviembre y para seguir siendo gobierno en la Argentina”, afirmó.
Y tras eso lanzó: “Quedan 60 días para darla vuelta, para ganarle a aquellos que están convocando desde el odio”. Si bien evitó nombrarlos, la alusión apuntó contra Javier Milei y Patricia Bullrich, a quienes consideran en UP como los protagonistas de un “voto radicalizado” con el que buscarán polarizar para llegar al balotaje de noviembre.
En el equipo de campaña, creen que el ministro/candidato está en condiciones de captar el voto más moderado. Creen que hay un sector de los que eligieron a Larreta, al cordobés Juan Schiaretti, y, sobre todo, parte de los que no fueron a votar que pueden ser convocados para evitar que la segunda vuelta termine siendo entre Bullrich y Milei.
“Los argentinos vamos elegir si vamos a un mercado de trabajo con más derechos o menos derechos, si se eliminan las vacaciones pagas, el doble aguinaldo, si se respeta la ultra actividad de los convenios colectivos. Empieza a definirse si en Argentina va a haber trabajadores o vamos a condenar a nuestro pueblo a ser esclavos”, planteó Massa en su discurso.
Y agregó: “Hoy empieza otra elección. Para los que son futboleros, es el final del primer tiempo. Nos queda el segundo tiempo, el alargue y los penales, y vamos a estar peleando hasta el último minuto porque estamos seguros de que en la Argentina que viene el trabajo, la produción y la defensa de nuestros derechos y la educación pública tienen que ser valores incólumes, gobierne quien gobierne”.
Massa había empezado el día con datos que le llegaron entre el viernes y el sábado que empezaban a mostrar una aceleración de la tendencia que marcó todo el año. Un creciente sentimiento de bronca contra los políticos que estaba siendo mejor interpretado y representado por Javier Milei. “Hubo un efecto Morena”, dijeron a Infobae fuentes del equipo de campaña de Unión por la Patria. Se refería al crimen horrendo que ocurrió en Lanús, donde una nena de 11 años fue asesinada por motochorros a metros de su escuela. A ese hecho trágico se le agregaron, poco después, otros que agitaron aún más el clima adverso al oficialismo.
“La estrategia va a ser polarizar con el voto radicalizado, mantener el centro y asentar en la seguridad, que es uno de los activos que tiene Massa”, explicaban otras fuentes. Eran cálculos, ideas y borradores que se dibujaban el aire. Era el final de un día y una noche larga. Ni siquiera Massa había podido celebrar en Tigre: Malena Galmarini, su esposa, también perdió la interna por la intendencia.