Tras casi un año del cierre que les impuso la pandemia por coronavirus, los cines de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad reabrieron en marzo con burbujas sociales, servicio gastronómico, y un protocolo específico que apela a la responsabilidad individual para evitar contagios, según dos disposiciones oficiales.
En ese marco, el emprendedor Tito Loizeau, dueño del restaurante temático de cine El Capitán, que funciona pegado al cine Showcase dentro del centro comercial Norcenter, en la localidad de Vicente López, se llevó una sorpresa inesperada cuando se aprestaba a reabrir su negocio tras casi un año de tenerlo cerrado como consecuencia de las restricciones dispuestas por la pandemia.
De los 20 empleados con los que contaba desde que abrió el restaurante en junio de 2019, registró que en marzo de este año, 14 se encuentran trabajando para otro empleador, pero siguieron cobrando el salario que les pagaba desde 2020 con la ayuda del Estado a través del Programa de Asistencia al Trabajo (ATP).
“Después de 12 meses cerrados por la cuarentena, el gobierno decidió habilitar los cines. Así que reabrimos El Capitán. 11 meses pagando salarios de 20 personas. Ahora los convoco a trabajar y 14 de las 20 estaban laburando en otro lado. Pelotudo es poco lo que me siento!!”, publicó Loizeau en la red social Twitter.
“Nosotros abrimos en junio de 2019. Es un restaurante temático de cine como si fuese Hollywood de los años ´30. Está ambientado como si fuera el teatro El Capitán de Los Ángeles, donde se entregaban los premios Oscar antiguamente”, dijo Loizeau a Infobae.
En ese marco, señaló que hasta el 10 de marzo de 2020 y le iba muy bien pero que ya lleva un año cerrado por las restricciones que estableció el Gobierno con respecto a la actividad del cine.
Tito Loizeau
“En 10 días vamos a llegar a un año cerrados. En ese momento teníamos 20 empleados. El que más antigüedad tenía llevaba cinco meses trabajando. El Gobierno no nos permitió despedir ni suspender y entramos en este proceso de ATP para pagar los salarios. Y así estuvimos hasta el año pasado que el gobierno dejó de pagar el ATP”, detalló.
Y agregó: “Ahora se anuncia la apertura de los cines y entonces decidí convocar a los empleados a través del grupo de whatss app que tenemos. Los convoco y la sorpresa fue que de 20 empleados que teníamos, 14 están trabajando en otro lado. Y yo les seguí pagando el sueldo con la ayuda del Estado durante todo el año pasado. No vuelven a trabajar y hace meses que están trabajando en otros lugares, en el horario en el que yo les pagaba el sueldo”.
Yo no tenía ingresos y me hicieron pagar 11 meses un sueldo. Fue una avivada argentina (Tito Loizeau, dueño del restaurante El Capitán)
Para el empresario, lo razonable hubiese sido que los empleados presentaran la renuncia. “Nadie me mandó nada y me entero porque no quieren venir a trabajar porque ya están trabajando en otros lugares”, cuestionó.
“Me alegra que hayan conseguido trabajo pero no entiendo por qué no me avisaron y me hicieron pagarle varios meses el sueldo cuando tenían trabajo en otro lado y nosotros estábamos cerrados”, insistió Loizeau.
Y detalló: “A algunos empleados que laburaron uno o dos meses les pagué once meses de sueldo y hacía cinco meses que estaban laburando en otro lado. Me estafaron a mí y estafaron también al Gobierno”.
Con respecto a la decisión que tomará en relación a la apertura o no del restaurante en este contexto, dijo que aún no lo tiene decidido.
“Tenemos muchas disyuntivas respecto a si conviene abrir o no ahora. Los cines abrieron la semana pasada y fue muy poca gente. Fue el 3% de los que iban habitualmente. También está el miedo de volver a abrir y tener que cerrar en invierno nuevamente por la pandemia”, remarcó.
El titular de El Capitán aún no sabe si reabrirá su restaurante dada la baja de su personal y una posible segunda ola de Covid-19.
“Yo no tenía ingresos y me hicieron pagar 11 meses un sueldo. Fue una avivada argentina”, se quejó. Y agregó que en el restaurante hay mucho de capacitación del personal que hace difícil poder reabrir el negocio en el corto plazo cuando al mismo tiempo existe la posibilidad de tener que cerrarlo en algunos meses por una nueva ola de Covid-19.
“Puedo conseguir un reemplazo de estos empleados pero me lleva tiempo, me obliga a abrir más tarde y mi terror es que llegue el invierno y nos vuelvan a obligar a cerrar. Vamos a ver estos días que hacemos. La intención nuestra es abrir y la gente que está acá y se quedó tiene ganas de trabajar. Pero si en tres meses me cierran de nuevo puede ser un golpe fatal. Esta es la situación para nosotros hoy”, concluyó.