Desde InformateSalta no es difícil recordar las múltiples notas que se han publicado respecto a distintas ocasiones de abusos, de maltratos y hasta malas atenciones que nuestros abuelos han tenido, muchas profundizadas por la pandemia.
Desde las largas filas para ser atendidos en distintos organismos – tal vez en el Pami o en los bancos, más notoriamente -, las respuestas que precisan en el marco de la pandemia, problemas con medicamentos, estafas, son algunas de las situaciones que rápidamente vienen a la memoria de forma inmediata.
Sin embargo nada deja de ser tan resonante como el horroroso caso del Hogar de Familia Sustituta para la Tercera Edad, un “geriátrico” donde sus mismos abuelos contaron los malos tratos que vivían, la intervención tanto del Gobierno como de la Justicia al respecto y las terribles situaciones que se dieron a conocer al respecto sobre el estado en que vivían sus inquilinos.
Testimonio de un abuelo: “Por ahí estamos bien, y por ahí estamos mal”
Este mal llamado hogar quedaba en el pasaje Miguel Aráoz 269 de Salta Capital donde, detrás del portón de entrada, los abuelos vivían un calvario. “Acá nos tratan mal, nos pegan”, decía uno de los abuelito con angustia y sufrimiento en el rostro. Fue cuando se viralizaron las imágenes de los moretones en la cabeza, en los brazos, las marcas de atadura en las muñecas.
Conocida la aberrante situación los mismos vecinos se convocaron para una protesta, a la cual previamente el gobernador Gustavo Sáenz, por entonces intendente de Salta Capital, llegó al lugar para saber cuál el panorama y los maltratos que sufrían los abuelos.
Finalmente, las áreas municipales de Control Comercial junto a Gerontología se presentaron para constatar el estado de los ancianos y la situación comercial del lugar, procediendo a su clausura luego de un allanamiento en el cual, incluso, encontraron armas de fuego. La última novedad sobre este hecho fue en noviembre del 2018, con la imputación a la encargada de la residencia.