Las denuncias fueron radicadas por las madres de las menores, quienes son primas. En el caso de la niña de 9 años, la madre denunció al vecino luego de que la maestra de la menor la llamara y le advirtiera sobre lo relatado por la menor.
De las actuaciones se tiene acreditado que la menor de 9 años fue enviada a la casa del imputado de barrio Gauna a pedirle jugo y éste la condujo hacia su dormitorio, donde cerró la puerta con llave y la sometió. El accionar se detuvo cuando el imputado escuchó a la abuela llamar a la nieta desde la calle.
En otra oportunidad, al retirarse del domicilio de la denunciante de barrio El Carmen y tras compartir una reunión familiar, cuando la niña jugaba con sus primas (también menores), la sometió a tocamientos. Al denunciar, la madre aclaró que se trata de “un vecino de extrema confianza, que lo conoce de toda la vida y que siempre su familia se relacionó con él sin ningún problema”.
Por otra parte, cuando la otra menor contaba con 8 años y corrió a la esquina de ese domicilio a saludarlo, también la sometió a tocamientos, vulnerando su integridad sexual. Por último, al imputado se le secuestró un arma de fuego calibre 22 con seis cartuchos de bala sin autorización legal alguna ni registro. Los hechos de abuso resultan independientes de éste.