La llegada de la primavera trae nuevos aires y ánimos a la población, aunque también algunos problemas de salud como las alergias estacionales y la astenia, conocida como el "cansancio de la época de las flores".
Se calcula que la astenia primaveral, desconocida para muchos, afecta a más de la mitad de la población mundial, con un importante cansancio y fatiga para quienes lo sufren. Se trata de un trastorno temporal caracterizado por la debilidad, común en poblaciones de entre 20 y 50 años, que afecta especialmente a las mujeres.
Los principales síntomas son:
- agotamiento físico
- agotamiento mental
- desmotivación
- ansiedad.
La astenia se relaciona en ocasiones con otras dolencias como infecciones, anemia, celiaquía, embarazo, trastornos del sueño o déficit de vitaminas.
Qué hacer si nos sentimos “flojos”
De acuerdo con el médico e investigador Ernesto Crescenti (MN: 50.776), lo primero que hay que hacer al notarse "muy flojo" durante la primavera es un análisis de sangre y cuando se detecta alteración en los valores normales, se recomienda una serie de pautas dirigidas a reforzar barreras protectoras.
En la primavera, los cambios de temperatura y el aumento de polen en el aire pueden debilitar las defensas y aumentar las probabilidades de padecer alguna infección, resfriado o alergia.
Para preservar la salud en la estación de la vida, se recomienda hacer actividad física, lo que puede motivar un aumento de las defensas y la vitalidad del cuerpo, al menos tres veces por semana durante 30 o 60 minutos.
También una alimentación balanceada puede ser un punto importante, ya que la falta de nutrientes como vitaminas o minerales puede ocasionar que las defensas caigan frente a ataques al organismo.
Un buen descanso de seis u ocho horas diarias y evitar trasnochar es relevante para reparar daños celulares sufridos durante el día, por lo que el descanso nocturno ayudará al sistema inmune a recuperarse y aumentar sus fuerzas, mientras que también se deben evitar el tabaco, alcohol, cafeína y azúcares, debido a que son debilitantes del sistema inmune.
Por otro lado, la ansiedad no es amiga del sistema inmune, por lo que debemos intentar mantener la calma, relativizar y no darle importancia a cualquier problema, y siempre tener una botella de agua a mano ayudará a eliminar toxinas, además de mantenernos hidratados.