"No podemos permitir más que una mujer gane menos que un hombre. No es justo", sentenció el presidente Mauricio Macri en la apertura de las sesiones legislativas. Además aclaró que, según el INDEC, esta desigualdad llega al 30 por ciento y prometió: "Tienen mi compromiso para que el salario igualitario que establecen nuestras leyes sea una realidad".
Aunque el paradigma de "por igual trabajo, igual paga" no se cumpla en la Argentina y en buena parte del mundo, el problema de la desigualdad en el ámbito laboral no tiene solo que ver con la disparidad salarial en los mismos puestos. Las mujeres tampoco acceden a puestos de igual jerarquía. Es decir: la perspectiva de crecimiento profesional es mucho más acotada. Esto, resumido en la metáfora del "techo de cristal", está lejos de ser una mera percepción.
Según datos de un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre la Argentina (estudio que retoma el sitio Chequeadoen un exhaustivo análisis del tema), de los varones ocupados, el 6,1% está en puestos directivos y un 2,3% en puestos de jefatura. En las mujeres, las cifras se reducen al 3,8% y 1,4% respectivamente. Los datos se desprenden de la última Encuesta Permanente de Hogares, de 2012.
Se trata de un fenómeno global que se replica incluso en las grandes potencias económicas. Según resume en un video explicativo la prestigiosa publicación británica The Economist, las mujeres que trabajan full time ganan un 15 por ciento menos que los hombres. Pero esto "no es porque cobran distintos salarios por los mismos trabajos sino porque están en trabajos diferentes". Además, la investigación agrega: "En Gran Bretaña, Francia y Alemania entre el 80 y 90 por ciento de los puestos ejecutivos son ocupados por hombres". En las más altas esferas, esta suerte de colador ascendente se hace mucho más visible: sólo 32 de los 500 CEOs (gerentes generales) de la lista Fortune 500 son mujeres.
La explicación de este fenómeno introduce también una variable de mucho peso. En muchísimos casos, el ascenso laboral pareciera ser un precio a pagar o una renuncia que deben asumir las mujeres cuando afrontan la maternidad. En este sentido, los números consignados por The Economisthablan por sí solos: en Gran Bretaña, el 70 por ciento de las mujeres cambia a un trabajo "menos demandante" o de menor carga horaria después de su primer hijo. Una tendencia que también se replica en otros países como Francia y Australia.
En este sentido, algunas experiencias indican que la opción de que los hombres y las mujeres distribuyan más equitativamente el trabajo no remunerado que implica el cuidado de los hijos, aporte a que menos mujeres sientan la necesidad de cambiarse de trabajos. Finlandia logró posicionarse tercero en el último ranking del The Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial, detrás de Islandia y Noruega. Éste es un indicador de la paridad entre géneros en los distintos países. Entre la batería de medidas de largo plazo que tomó Finlandia para promover la igualdad en el ámbito económico, desde 2013, los hombres cuentan con hasta 18 días hábiles de licencia por paternidad.
Aquí, el oficialismo también busca empujar el proyecto para ampliar los dos días que se otorgan hoy. Queda pendiente instalar el debate por la posibilidad de ascenso y promoción profesional. Una asignatura pendiente para atravesar el impenetrable techo de cristal.
Fuente: Todo Noticias