El folclore que sonaba por los parlantes era ensordecedor y en el ambiente había un fuerte olor a torta frita. En las escalinatas del monumento Güemes una voz anticipaba que ya comenzaría el primer e inédito desfile de CARREROS para conmemorar un nuevo aniversario del natalicio del héroe gaucho Martín Miguel de Güemes. El tema es que lo que se anticipaba como una fiesta terminó siendo un escándalo porque los carreros atacaron a los proteccionistas que reclamaban por la tracción a sangre.
Carolina Diarte terminó con los dos ojos morados y todo el cuerpo golpeado. "Estábamos con pancartas y ellos se vinieron encima con los caballos, nos golpearon, me agarraron del pelo. Había una mujer embarazada y nos llevaron por delante y la policía se quedó mirando", le dijo la proteccionista a este diario.
Tras los incidentes, los miembros de los distintos grupos que trabajan en favor de los animales realizaron denuncias en la comisaría segunda.
UN DESFILE PARTICULAR
Este medio habló con el dirigente de los carreros Fredy Flores, quien minimizó el ataque a los proteccionistas. "Nosotros no somos violentos, tenemos cultura de trabajo. Si estamos aquí es porque hay hambre, caso contrario no estaríamos, pero está faltando el pan en nuestros hogares", señaló el dirigente.
Flores aseguró que muchos vecinos se vieron en la obligación de acondicionar sus carros y salir nuevamente a las calles a trabajar. Señaló que en los carros hay personas de todas las edades, al tiempo que no quiso dar cifras de cuántos son los carreros que hay en las calles de Salta.
El municipio abrió una instancia de empadronamiento de los carreros, y a partir de eso se busca realizar un trabajo integral para desalentar el uso del carro e intentar que tengan otra salida laboral. Sobre este punto Flores dijo que eso está stand by, y que ellos quieren una solución de fondo.
La tarde avanzaba y por lo menos unos 40 carros realizaron el desfile en honor a Güemes. Otros carreros vestidos de gauchos pasaron a pie. Había muchas familias, fue un homenaje colorido y humilde.
El Tribuno
