Dicen que los extremos no son buenos, pero esta mujer alemana no contempla esa máxima. Gloria Zasso, residente en Múnich pasó de ser vegana a consumir hasta carne cruda, e incluso alimenta con esa nueva dieta a su hijo de dos años.
Zasso, de 30 años, comenzó con una dieta vegetariana a los 12 por razones éticas. Ella pensaba que comer carne era "desagradable" y, además, nunca le gustó el sabor. Pasada la adolescencia, la joven comenzó a sufrír gripes, bronquitis e infecciones urinarias.
"Fue en un momento en el que mucha gente hablaba sobre el veganismo como una forma de mejorar su salud, por lo que pensé en intentarlo", contó la joven. Por ende, decidió dejar los lácteos y huevos. "No me enfermé tanto, y en general me sentí mucho más enérgica", dijo tras adoptar la nueva forma de vida.
No obstante, esa decisión se revirtió más adelante tras tener a su hijo Isaac, ya que le diagnosticaron artritis reumatoide y comenzó a tener terribles dolores en sus manos y pies. Fue ahí que comenzó a introducir nuevamente productos animales a su dieta, hasta que, al ver algunas mejoras, volvió a comer carne el año pasado.
Esto comía la mujer cuando era vegana
"La primera vez que lo hice, tuve que forzarme y apretar la nariz mientras la comía, pero luego empecé a sentirme mejor", comenta Zasso. "Ahora, Isaac y Thomas, su esposo, comen casi lo mismo que yo, y ambos parecen disfrutarlo", menciona. Al nene suele darle todo tipo de carne, incluso cruda en el desayuno.
En su perfil en instagram, suele publicar algunas imágenes de la comida que le da a Isaac, como una hamburguesa a primeras horas del día. Lógicamente, no tardaron en llegar las críticas dado a que le achacan que no le da al menor las suficientes verduras y frutas para equilibrar su dieta con vitaminas y minerales.