Llama (Large Latin American Milimmiter Array), el emprendimiento científico tecnológico que financian en conjunto Argentina y Brasil, lleva casi dos años sin avances en la Puna salteña.
El objetivo principal del proyecto consiste en instalar un radiotelescopio de última generación en el cerro Vecar, a 8 kilómetros del Abra de Chorrillos y a 22 de San Antonio de los Cobres, con una inversión cercana a los 22 millones de euros.
El complejo permitiría a la radioastronomía argentina y brasileña realizar investigaciones de punta y participar -en paridad y autónomamente- con los centros de investigación más importantes del planeta. Convenios de cooperación, especialmente con el proyecto ALMA de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, localizado en Chile, al otro lado de la cordillera, posibilitarían realizar novedosas y únicas investigaciones conjuntas.
El proyecto Llama, financiado por la Fundación para las Ciencias de Brasil de San Pablo (Fapest) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina (Mincyt), en un 50% por cada país, es una cooperación mutua sin precedentes en la región.
La Provincia de Salta, aun sin ser parte del convenio, donó los terrenos en el cerro Vecar (400 hectáreas) y un predio en San Antonio de los Cobres donde, a su cargo, construyó el Centro de Operaciones y Apoyo Logístico, con una inversión del orden de 1,5 millones de dólares.
Asimismo, prestó el apoyo logístico y profesional en todos los estudios para la ejecución del camino de acceso, la nivelación del terreno en el sitio cero, la construcción de los cimientos de la antena y comunicación radioeléctrica, y la provisión de agua y energía.
La Fundación Capacitar del NOA actuó como Unidad de Vinculación Tecnológica (UVT) de la cartera nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. A través de su acción se licitó y construyó el camino de acceso, de 7,5 kilómetros, y se preparó el sitio del observatorio. También trabajó en los estudios para el montaje de la antena y obras complementarias.
El Centro de Operaciones que construyó la Provincia en San Antonio de los Cobres
La activa participación del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de La Plata, principal impulsor y beneficiario del proyecto, junto a la Universidad de Sao Paulo, posibilitó rápidos avances en los primeros años.
Un celebrado hito fue la compra del radiotelescopio, a cargo de la contraparte brasileña, con una inversión de 10 millones de euros, y el posterior envío de los equipos a la Argentina.
En agosto de 2017 arribaron desde Alemania al país 22 contenedores con las piezas que, cinco meses después, fueron transportadas en camiones hasta al sitio de emplazamiento, a 4.850 metros sobre el nivel del mar.
En esas alturas del Abra de Chorrillos, por entonces, ya se habían realizado todas las obras y estudios necesarios para el montaje del radiotelescopio, pero los componentes permanecen tal cual como los descargaron en enero de 2018.
Como se recordará, un desgraciado accidente durante el transporte de los equipos por la cuesta de Lipán (Jujuy) destruyó una importante pieza de la antena, la que fue repuesta por la empresa aseguradora y arribó finalmente al sitio cero en mayo pasado.
La falta de noticias sobre el proyecto Llama en los últimos tiempos, llevó a este diario a realizar consultas en distintas instituciones científicas, en la localidad de San Antonio de los Cobres y en poblaciones aledañas al lugar de emplazamiento del telescopio Llama.
El observatorio Apex, de Chile, gemelo del radiotelescopio Llama.
Las respuestas fueron, en todos los casos, desalentadoras. En los últimos dos años prácticamente no se observó actividad alguna orientada al montaje final de la antena, ni siquiera después de recibida la pieza faltante.
Por las limitaciones que imponen las duras condiciones climáticas del lugar, el montaje final del radiotelescopio debería iniciarse a más tardar fines del próximo mes para aprovechar el corto período de verano en la Puna.
Este diario pudo constatar que, increíblemente, actores principales y naturales del proyecto, como el Conicet, la Provincia de Salta y la Universidad Nacional de Salta (UNSa) no son parte del convenio entre Argentina y Brasil.
También se produjeron inusitados cambios en el comité directivo del proyecto, en cortos períodos de tiempo.
A esto se sumó la falta de asignación de fondos específicos y hasta una incomprensible devolución por parte de Innovat -una de las unidades de vinculación tecnológica responsables de la ejecución del proyecto- de 300 mil dólares ya depositados.
A la par, la anterior gestión de gobierno nacional designó en el comité directivo a varios investigadores ajenos a la radioastronomía, quienes ni si quiera conocerían el lugar de emplazamiento del telescopio ni las rigurosas condiciones imperantes en la zona.
Del mismo modo, el estado de abandono que muestra el moderno centro de operaciones construido en San Antonio de los Cobres por la Provincia revela la total falta de interés en la concreción del proyecto, que ya lleva casi 10 años desde su gestación.
Es más que evidente el desinterés de funcionarios que deciden desde una oficina en Buenos Aires, sin la participación de actores que, concientes de la envergadura y trascendencia del emprendimiento para la Nación y la Provincia, motorizaron su desarrollo hasta hace poco tiempo, pese a todo tipo de dificultades.
La escavación ejecutada para el emplazamiento del telescopio en el cerro Vecar
A estas alturas sorprende que la contraparte brasileña no haya expresado fuertes reclamos ante la inacción por parte de Argentina.
Lamentablemente, esta situación hartó y alejó a varios profesionales comprometidos que habían empujado el singular emprendimiento astronómico desde la primera hora.
Frente a la preocupación que despierta el proyecto de cooperación científica y tecnológica más importante del Mercosur, sería muy saludable que las actuales autoridades de la Provincia reclamaran enérgicamente, ante el Mincyt, el cumplimiento de las consignas de federalización reiteradas por el presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Frente a todos los esfuerzos profesionales y económicos desplegados, lo menos que debería requerirse desde Salta es una participación formal y efectiva de la Provincia y el Conicet en el convenio binacional y el órgano de conducción del proyecto, como también la intervención de la Fundación
Capacitar del NOA, como Unidad de Vinculación Tecnológica, en la ejecución de las obras y acciones pendientes.
Llama generó grandes expectativas en las comunidades de la Puna que, ante el desolador panorama actual, sienten una entendible decepción.
Peleados con la ciencia y la tecnología
Uno de los elementos importantes para el progreso económico sostenido de un país es el conocimiento generado por el desarrollo científico. Las naciones que han otorgado importancia al conocimiento científico invirtiendo en sostener la investigación y las consecuentes innovaciones de la ciencia y la tecnología, han logrado con el tiempo un desarrollo y crecimiento indiscutibles.
Promover la evolución del conocimiento, sin duda, impacta directamente en el nivel de desarrollo y el bienestar de los ciudadanos de una nación, aunque algunos funcionarios acomodados en los sillones del Poder Central no lo entiendan.
La política científica contribuye al crecimiento y diversificación de servicios colaterales a los proyectos de investigación. Estos también juegan un papel sustancial en el crecimiento económico sostenible, el que se traduce en el aumento de personas con mayor y mejor capacitación para acceder a empleos de mayor nivel y mejor remunerados.
Todas estas premisas forman parte del marco teórico del proyecto científico binacional que está olvidado en la Puna salteña.