“¡El padre me dio un tiro con la escopeta y el hijo se acercó y me dio una puñalada. Cuando estaba en el Hospital sólo le pedí a Dios que me deje llegar vivo a los 15 de mi hija. Porque les juro, sentí que me moría!”, indicó el ex remisero Pablo Palavecino este lunes en la sala de juicio de un tribunal de Santiago del Estero.
De esta manera, la víctima construyó los momentos más trágicos que le tocó vivir. Por una mujer, fue violentado por dos sujetos y perdió totalmente el ojo izquierdo. Antes del inicio del juicio no dudo en sacarse el ojo postizo para declarar contra los dos agresores que se encontraban presentes.
Colocándola arriba de un pañuelo, se extrajo la prótesis del ojo. Lo hizo frente a sus atacantes: Luis Rodolfo y José Luis Lastra, quienes lo atacaron la noche del 21 de febrero del 2017 en el Bº Jardín, Las Termas.
Luis Rodolfo, hotelero, se encuentra imputado por “homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor de edad”.
Mientras que el hijo, José Luis Lastra, enfrenta cargos por “homicidio en grado de tentativa”. En el peor de los escenarios, el padre puede ser condenado hasta 10 años y el hijo, a 4.
El hombre perdió completamente la vista del ojo izquierdo por las agresiones.
Según la hipótesis del fiscal Rafael Zanni y el querellante, Enrique Guillermo Yapura, los dos quisieron asesinar a Palavecino.
La mujer involucrada sería Verónica Juárez, quien estuvo casada con Palavecino, se separaron y, por algunos meses, mantuvo una relación sentimental con Luis Rodolfo.
Al parecer, esa situación se cortó en noviembre del 2016 y tres meses después el hotelero decidió atacar al exmarido de la muchacha, por entonces remisero.
El hombre, víctima de los hechos contó: “Primero, me encontré con el hijo en casa de mi ex suegro. Me preguntó por mi nombre. Se lo dije y se fue en moto con una chica. Ahí nomás me llamó el padre por teléfono. Te voy a c... matando’, me amenazó”.
Minutos después, ambos arribaron en un auto, dijo que escuchó ruidos, que salió y los encontró. Luis Rodolfo abrió fuego con una escopeta. Después, su hijo (armado con una pistola y un cuchillo) fue a terminar el “trabajo” y lo dejaron moribundo.