HANAU.- Un hombre armado, con supuestos vínculos con la extrema derecha, mató a tiros a nueve personas, algunas de ellas inmigrantes de Turquía. Tras la masacre, ocurrida en la noche del jueves, el atacante mató a su madre y se suicidó.
La canciller Angela Merkel condenó el ataque en dos bares que ofrecen pipas de agua en Hanau, cerca de Fráncfort. Señaló que parecía haber sido motivado por el “veneno” del racismo que ha sido culpable de “demasiados crímenes”.
El presunto asesino es un alemán de 43 años que tenía una licencia de armas y era miembro de un club de tiro. La Policía llegó a su casa, donde encontraron el cuerpo del presunto atacante y el de su madre de 72 años, dijo Peter Beuth, ministro de Interior.
La fiscalía alemana indicó que había indicios de que el hombre tenía vinculaciones con grupos de ultraderecha.
El periódico Bild dijo que había expresado opiniones radicales en una carta de confesión. Agregó que el hombre dejó un video reivindicando los hechos.
En los bares atacados los clientes fuman tabaco de sabores en cachimbas, conocidas como “shishas” o pipas de agua. Estos recintos a menudo son operados por personas del mundo árabe o del sur de Asia, donde el uso delas “shishas” es una tradición.
El embajador de Turquía en Berlín, Ali Kemal Aydin, dijo que cinco ciudadanos turcos estaban entre los muertos.
“Esperamos que las autoridades alemanas muestren el máximo esfuerzo para esclarecer este caso. El racismo es un cáncer colectivo”, manifestó el portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin, en Twitter. (Reuters)