En Tennessee, EEUU, se ejecutó ayer a un hombre por la violación y el asesinato de una niña de 7 años, hija de unos amigos suyos, en 1985. Ha sido la primera vez que el estado aplica la pena capital desde 2009.
La ejecución de Billy Ray Irick, un hombre de 59 años, fue mediante una inyección de tres drogas que ha levantado controversia y sospechas tras varias muertes agonizantes de reos en los últimos años en otros estados con pena de muerte.
Las testigos explicaron que la ejecución de este jueves tomó más de 10 minutos, mientras Irick emitía sonidos, tosía, su estómago subía y bajaba, su boca se iba quedando sin aliento y su cara se tornaba morado oscuro. ‘Algunos estados han visto reacciones más extremas‘, dijo uno de los periodistas locales que entró a la sala.
Durante esta última década sin ejecuciones, el estado sureño ha lidiado con una escasez de fármacos para sus inyecciones y ha estado en medio de varios litigios con los abogados de los presos contra los nuevos fármacos que se disponía a utilizar para ejecutarlos con inyección.
La Corte Suprema de Estados Unidos dio luz verde este jueves a la ejecución de Irick, pese a que todavía hay demandas judiciales pendientes contra los fármacos utilizados por el estado, concretamente el sedante midazolam, muy controvertido en algunas ejecuciones.
La magistrada Sonia Sotomayor, en desacuerdo con sus compañeros de la corte de mayor rango del país, dijo: ‘Si la ley permite que esta ejecución suceda, pese a los minutos finales terribles que Irick puede experimentar, entonces hemos dejado de ser una nación civilizada y aceptamos la barbarie‘.
Fuente: El Tribuno