Shoko Asahara (63), ex gurú de la secta “Aum Shinrikyo” (Verdad Suprema) responsable del ataque con gas sarín en el subterráneo de Tokio en marzo de 1995, fue ejecutado en la mañana de hoy en Japón, informaron medios locales. Desde el gobierno nipón señalaron que se están tomando medidas de precaución en caso de haya alguna represalia por parte de sus seguidores.
Shoko Asahara, cuyo verdadero nombre era Chizuo Matsumoto, fue condenado a muerte el 27 de febrero de 2004, al igual que doce cómplices implicados en el atentado con agente nervioso que le costó la vida a 13 personas y causó diversas lesiones, algunas irreversibles, a otras 6.300.
En el año 2012, se pospuso la fecha para su ejecución debido al arresto de otros miembros de la secta que se encontraban fugitivos.
Arrestado en mayo de 1995, siempre negó haber cometido algún delito a pesar de las declaraciones de sus antiguos seguidores que lo implicaban.
Ciego del ojo izquierdo por un glaucoma juvenil y famoso por su larga barba, sus coloridas túnicas y su Rolls-Royce, el carismático gurú predicaba el advenimiento de una guerra de proporciones apocalípticas de la que surgiría una raza de super-humanos -sus seguidores-.
Reunió a un grupo de científicos que investigaban métodos de destrucción masiva.
Para acelerar el nuevo orden, Asahara planeaba destruir al anterior. En este marco se produjo, el 20 de marzo de 1995, el atentado con gas sarín en el subte de Tokio.
Asahara había reunido a un selecto grupo de científicos jóvenes que investigaban métodos de destrucción masiva. El encargado en la secta de armas biológicas era Seiichi Endo, quien debían convertir a ciertos gérmenes letales en un material de fácil dispersión.
Antes de aquel atentado, que conmocionó al país, Japón asistió a un crecimiento de la secta Aum en los años 1980 y 1990, entre la estupefacción y la angustia.
El jefe místico Asahara visitaba programas de televisión y los estrados durante las campañas electorales para captar la atención de los ciudadanos, incluyendo jóvenes científicos de alto nivel, médicos y abogados.
Seguidores del culto Aum Verdad Suprema en Japón.
Lo que ocurrió
El 20 de marzo de 1995, según un procedimiento muy pensado, varios miembros de la organización oculta Aum Verdad Suprema, creada por Shoko Asahara, vertieron gas sarín en vagones del metro de la capital.
Habían colocado bolsas de plástico llenas de gas sarín en cinco trenes del metro de Tokio. Agujereadas con la punta de los paraguas, las bolsas dejaron escapar el veneno.
En un primer momento, nadie entendía lo que estaba ocurriendo aquella mañana, en plena hora punta, cuando varios pasajeros salían ahogándose, sin ver nada, de varias bocas de metro de las líneas atacadas.
Un tiempo antes, en lo que pareció ser una suerte de ensayo de los efectos del gas, siete personas murieron en la ciudad de Matsumoto, en el centro del país, y otras 600 sufrieron diversas lesiones, algunas de las cuales, definitivas.
En diciembre de 1999, la secta Aum admitió por primera vez oficialmente su responsabilidad en el atentado contra el metro de Tokio y el de Matsumoto, y se disculpó. La primera pena capital por el atentado de 1995 se emitió en 1999.
La secta logró fabricar importantes cantidades de gas sarín en un laboratorio. Se trata de un producto mortal creado por científicos bajo el régimen nazi en Alemania a finales de los años 1930.
Esperaron 23 años
“Han hecho falta 23 años desde el atentado para que se ejecutara la pena, desgraciadamente, los padres de mi marido, que murió en el atentado, fallecieron antes”, lamentó ante la cadena pública NHK Shizue Takahashi, esposa de un empleado de la estación, muerto en el atentado, y presidenta de una asociación de víctimas.
La ley japonesa precisa que los condenados a pena de muerte deben ser ejecutados en los seis meses consecutivos a la confirmación de su sentencia, pero en la práctica suelen pasar años en el corredor de la muerte.
Fuente: El Tribuno