En una polémica declaración con información falsa, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a poner en duda la legitimidad de la próxima elección presidencial al sugerir que será ‘la más inexacta y fraudulenta en la historia‘ debido al voto por correo. Trump sugirió además posponer la fecha de votación, una decisión que depende del Congreso, no de la Casa Blanca.
Cuando falta menos 100 días para los comicios, Trump, muy rezagado en las encuestas, volvió a cuestionar la fiabilidad de la votación por correo, un sistema que históricamente ha elevado la participación -algo que beneficia a los demócratas- y que en medio de la pandemia del coronavirus apunta a ser récord.
Trump ya ha cuestionado en numerosas instancias al voto por correo, pero esta vez fue más allá, al afirmar sin declaraciones hipérboles que la elección será la‘más inexacta y fraudulenta de la historia‘. Trump difundió su mensaje minutos después de que el gobierno federal informara que la economía estadounidense se contrajo a un ritmo anualizado del 32,9% en el segundo trimestre, la mayor caída de la historia.
‘Con el sistema de voto por correo universal (no voto ausente, que es bueno), la elección de 2020 va a ser la más INEXACTA y FRAUDULENTA de la historia. Va a ser una gran vergüenza para Estados Unidos. ¿Postergar la elección hasta que la gente pueda votar de forma adecuada y segura?‘, deslizó el presidente en un mensaje en Twitter.
Pero en Estados Unidos el voto por correo ‘universal‘ solo existe en cinco estados -Colorado, Hawaii, Oregon, Washington y Utah-, donde todos los votantes reciben la boleta a su domicilio registrado, sin que lo soliciten. En el resto de los estados del país, los votantes registrados deben solicitar la papeleta -lo que se conoce como ‘voto ausente‘- alegando algún motivo por el cual no pueden concurrir a votar. Con la pandemia, varios estados han flexibilizado requisitos para solicitar la boleta para que la gente pueda votar por correo, dado el riesgo de contagio y las dificultades y demoras para votar con distanciamiento social.
La constitución de los Estados Unidos otorga el poder de regular las elecciones al Congreso, que alterar las reglas, fechas, el lugar o el formato de la elección. El presidente carece del poder para intervenir en el proceso.
Trump aparece varios puntos detrás del candidato demócrata, Joe Biden, en las encuestas de intención de voto y ya ha advertido que puede llegar a desconocer los resultados de las elecciones si no es el ganador. En 2016, Trump también puso en dudo la legitimidad del resultado, al sugerir, sin brindar evidencia, que el motivo por el cual perdió el voto popular ante Hillary Clinton fue porque millones inmigrantes indocumentados pudieron votar.
La movida de Trump llegó apenas unos minutos después de que el gobierno federal brindara otro dato sobre la escalofriante dimensión de la crisis económica. El producto bruto interno (PBI) de Estados Unidos se contrajo a un ritmo anualizado del 32,9% en abril, pese a que la primera potencia global nunca llegó a implementar una cuarentena nacional dura como si lo hicieron Italia, España o la Argentina para frenar la propagación del coronavirus.
La economía era el principal caballo de batalla de Trump para conseguir su reelección. Antes de que el coronavirus trastocara al planeta, la economía de Estados Unidos recorría a paso firme la bonanza más larga de su historia, y el desempleo estaba en el piso de los últimos 50 años. Trump insistía cada vez que podía que había construido ‘la mejor economía del mundo‘. Pero la pandemia, que ya se ha cobrado más de 150.000 vidas en Estados Unidos, se llevó puesta esa bonanza.