La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) analiza un proyecto de resolución que abre la posibilidad de aplicar un fuerte castigo institucional a Nicaragua por su sistemática violación a los derechos humanos para perpetuar la feroz dictadura que regentean Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

“La historia de Nicaragua es como la de la mayoría de los países de Centroamérica. Pasó en otros países, no solamente en Nicaragua, que dinastías procuraban llegar al poder y hacerse cargo del gobierno ara hacer granes negocios. De esa regla no escapó Daniel Ortega, quien ha hecho una fortuna impresionante en los rubros más variados”, contó en Radio Pacífico Gustavo Barbarán, director del Instituto de Derecho Internacional de la Universidad Católica de Salta.

El proyecto de resolución es liderado por Estados Unidos, Canadá, Chile, Antigua y Barbuda y Panamá, mientras que Argentina, Bolivia y México se abstendrán al momento de la votación en la Asamblea General. El canciller Santiago Cafiero - a partir de las 13- fijará la posición diplomática de la Casa Rosada y su línea argumentativa se apoyará en el principio legal de no injerencia en los asuntos internos de los países.

“Lo que puede hacer la asamblea general es suspenderlo como miembro de la OEA, pero no creo que le importe mucho a Ortega. Hay un principio que es el de la no intervención de los asuntos internos que es muy importante, eso significa reconocer la soberanía y a autodeterminación de un país. Cuando Argentina selecciona el principio tiene que justificar. Acá el tema es que todo el continente está diciéndole a Nicaragua que no puede hacer lo que está haciendo. Yo puedo decir que no me meto en los asuntos internos, pero condeno firmemente un régimen que está matando a su pueblo. Son cosas demasiado graves como para escudarse solamente en el principio de no intervención”, aseguró Barbarán.

Por otro lado, el especialista opinó acerca de la figura de Santiago Cafiero como canciller y dijo que “no tiene más antecedentes para un cargo tan importante que el de haber pasado por la jefatura de gabinete. Evidentemente el gobierno de Fernández no pone a la política exterior entre sus prioridades. Me da la impresión de que el cargo le queda muy grande a Cafiero, de la misma manera que al señor Fernández le queda muy grande el cargo de presidente”.