El paro masivo contra la reforma previsional impulsada por el presidente francés, Emmanuel Macron, se inició con fuertes interrupciones del transporte ferroviario y aéreo, así como el cierre de colegios y diversas instituciones culturales.
El inicio de la movilización ocurrió en la noche del miércoles cuando los trenes franceses interrumpieron sus servicios a nivel nacional, en una pulseada entre la mayoría de los sindicatos y el Ejecutivo que amenaza con bloquear el país por tiempo indefinido.
La Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) advierte que solo circulan uno de cada diez trenes de alta velocidad TGV, de los cercanías de París y de los de largo recorrido, así como uno de cada cinco regionales (TER), mientras que el tráfico internacional se ve igualmente "muy afectado".
La reforma busca sustituir los 42 regímenes que existen en la actualidad por un sistema por puntos en el que cada euro cotizado brinde los mismos derechos al alcanzar la jubilación, y contempla con ello acabar con los beneficios de los que gozan trabajadores como los de la SNCF o la red metropolitana parisina de transporte.
Macron, en el ojo de la tormenta. (Twitter).
Esa es la razón por la que el seguimiento de la huelga en ambos sectores sea masivo, mientras que en el transporte aéreo la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) ya había previsto la anulación del 20% de los vuelos con origen o destino en Francia, informó la agencia de noticias EFE.
Los gremios aseguran que el nuevo sistema jubilatorio propuesto por el gobierno "degradará los derechos de todos, especialmente de los más precarios y de las mujeres", reducirá la cuantía de las pensiones y podría retrasar incluso la jubilación, actualmente prevista a los 62 años.
El Ejecutivo, en cambio, aseguró defender un sistema "más justo y más simple" en el que "cada euro cotizado dará los mismos derechos a todos".
La jubilación, uno de los ejes de la protesta. (Twitter).
En todo el país se convocaron oficialmente 245 manifestaciones, pero la principal tendrá lugar en París a las 14 hora local (10 de Argentina) en la estación del Este y final en la plaza de Nación.
En el metro parisino se suspendieron once líneas, otras tres funcionarán con restricciones y solo en las horas pico, mientras se espera que las dos líneas automatizadas que garantizan los desplazamientos, la 1 y la 14, se vean saturadas.
El secretario de Estado francés de Transportes, Jean-Baptiste Djebbari, admitió que "hay que ser lúcido" y prever que los paros pueden durar más días, y recalcó que se reunirá con esas agrupaciones en busca de una salida rápida a esta crisis.
Según una encuesta del instituto Odoxa-Dentsu publicada por el diario Le Figaro, siete de cada diez franceses creen que la protesta está justificada.
Las autoridades movilizaron a la capital unos 6.000 policías y gendarmes y a 180 agentes motorizados para evitar altercados y recomendaron el cierre de los comercios en la zona, ante la previsión de que haya grupos violentos que provoquen enfrentamientos con las fuerzas del orden.